- Es importante que nos dispongamos a cambiar de verdad, de todo corazón.
- Soltemos los apegos. Confiemos en que estamos siendo conducidos por el camino conveniente.
- Tengamos expectativas positivas de lo que está por venir.
- Vivamos plenamente conscientes, con los cinco sentidos.
- Planteémonos metas y propósitos personales concretos.
“No perdamos la esperanza. Hay momentos en que resulta difícil creer en el futuro, en que temporalmente nos falta valor. Cuando esto ocurra, concentrémonos en el presente. Cultivemos la pequeña dicha hasta que regrese el valor.
Aguardemos con ilusión la belleza del siguiente instante, de la siguiente hora; la promesa de una buena comida, del sueño, de un libro, de una película; la probabilidad de que esta noche brillen las estrellas y mañana resplandezca el sol. Hundamos nuestras raíces en el ahora hasta que crezca en nosotros la fuerza suficiente para pensar en el mañana”.
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