AGRADECIDO CON MIS COMPETIDORES POR…

Porque me hacen levantar más temprano y me rinde más el día.

Porque me obligan a ser más atento, competente y disciplinado.

Porque me comprometen a juzgar mi inteligencia, para mejorar mis servicios.

Porque me imponen la diligencia, pues si no existiera sería yo flojo, incompetente y retrógrado.

Porque callan mis virtudes y gritan a voz viva mis defectos y así los puedo corregir.

Porque me hacen ver en cada persona, un ser humano al que debo servir y no explotar; lo que me da un amigo en cada uno.

Porque me hacen tratar humanamente a mis compañeros para que se sientan parte de mi equipo y rindan más con entusiasmo.

Porque han acrecentado en mí, el anhelo de superación y de mejoramiento.

Porque por su presencia me ha convertido en factor de progreso y prosperidad para mi empresa, familia, comunidad y amigos.

Ave ¡competidores yo los saludo! Porque el Señor les dé larga vida.

PONGAMOS NUESTRA MENTE EN PAZ

Nuestra mente es inconstante y huidiza, vuela tras cualquier fantasía y es difícil de contener. Pero es un gran bien contenerla. El dominio de la mente conduce y nos lleva por el camino a la felicidad.

Nuestra mente es invisible, sutil y caprichosa. Sin embargo aquel que es sabio la domina, pues el dominio de la mente conduce y nos lleva por el camino a la felicidad.

Ella es incorpórea y oculta tras el misterio de la conciencia, Ella, la mente, vuela lejos. Aquel que es sabio aplaca sus pensamientos y termina con el peregrinar de la mente. Sentado en la armonía, se libera de la esclavitud de la mente.

Aquellos cuya mente es desordenada, que no conocen el sendero de la Verdad, cuya fe y cuya paz son constantemente alteradas, nunca alcanzarán la sabiduría.

Sin embargo, aquel que controla sus sentidos, aquel que tiene la mente en paz y ha trascendido ya el bien y el mal, está despierto, observando y no conoce el miedo.

TOMARNOS EL TIEMPO PARA MEDITAR Y PENSAR

Comencemos a practicar un método muy simple, por lo menos seis veces al día. Esto toma sólo medio minuto cada vez, así que son solamente tres minutos al día. ¡Es la meditación más corta del mundo! Tienes que hacerla de improviso, esa es la clave.

Caminando por la calle… de pronto nos recordamos. Nos detenemos completamente, no nos movemos… sólo permanecemos presentes durante medio minuto… cualquiera sea la situación, detengámonos completamente.

Podemos hacerlo más veces, pero no menos, esto nos traerá mucha apertura. Tiene que hacerse de súbito, de repente, sin pensarlo, sin planificarlo. Si tan sólo nos hacemos presentes de súbito, la energía completa cambia. La continuidad que acontecía dentro de la mente se detiene… y es tan repentino que la mente no puede crear un nuevo pensamiento en forma inmediata. Le toma tiempo: la mente es, aunque Ud. no lo crea..., estúpida.

Pronto sentiremos que otros se han dado cuenta de que algo ha ocurrido: algo de lo desconocido está entrando en nosotros.

AMIGOS INCONDICIONALES

Tengo amigos cuya sociedad me es en extremo agradable. Son de todas las edades, de todas las geografías de Venezuela y de todos los países. Se han distinguido, a la vez, sobre el campo de laboral y en el silencio de la política, y han obtenido grandes honores por su conocimiento de las ciencias.

Es fácil llegar a ellos, porque siempre están a mi servicio y les admito a mi lado, o los despido cuando me place.

Jamás son inoportunos, y responden a todas mis preguntas. Algunos me refieren los hechos de otros tiempos, otros me revelan los secretos de la Naturaleza.

Estos me enseñan a vivir, aquellos a morir. Unos, con su jovialidad destierran mis cuidados, alegran mi espíritu; otros me dan la fuerza del alma, y me enseñan la importante lección de no contar sino conmigo mismo.

Rápidamente me abren los variados senderos de todas las artes y de todas las ciencias, y puedo fiarme de sus informes, en todas las circunstancias.

A cambio de ello sólo me exigen que les preste una habitación conveniente en un rincón de mi corazón, en donde puedan descansar en paz, porque a estos amigos seduce más la paz de un tranquilo retiro que los ruidos del mundo.

¿POR QUÉ TE COMPARAS?

Por más rico que tú seas siempre habrá alguien más rico que tú.

Por pobre que tú seas siempre habrá alguien más pobre que tú.

Ni en la riqueza ni en la pobreza consiste entonces la calidad del Ser. Tu superioridad no debe derivar de una comparación con los demás.

Podemos entonces decirnos: la palabra “superior” es adjetivo comparativo. ¿Cómo puedo saber si soy superior a otro si no me comparo con él?

Muy sencillo, compárate contigo mismo. El deseo de ser superior a los demás es vanidad.

La verdadera grandeza reside en ser superior tú, hoy, respecto al hombre que tú fuiste ayer.

EL CORAZÓN DE UN HOMBRE DE DIOS .

Cuando me inicie el la Iglesia Evangélica recibí una lección de que es lo que tener un corazón de un hombre de Dios. Un pastor fue invitado un domingo a un servicio a la iglesia donde me congregaba, pues su fama de hombre de Dios parecía no tener límites.

Se contaba en esos días que cada mañana, una multitud de fieles se conglomeraba a su puerta ansiosa de escuchar sus sabias palabras.

Pero la armonía de los discursos de este pastor siempre se veía interrumpida por un individuo que no escatimaba en contradecir lo que decía a cada momento.

Me contaron luego que cierto día, dicho individuo (el impertinente) cayó enfermo y falleció. Los fieles se sentían de cierta manera contentos, el pastor ya no sería más interrumpido durante sus sermones y predicaciones.

Pero, para sorpresa general de todos y cada uno de los fieles que asistíamos a la iglesia, se supo que el pastor estuvo muy compungido en el funeral de impertinente señor que inagotablemente lo interrumpía durante sus predicas. Cuentan que al ser consultado si era por la muerte del impertinente, éste respondió:

“No, en lo absoluto, sé que él está feliz en el cielo. Estoy afligido por mí mismo. Él era el único amigo que tenía; su crítica me animaba a superarme, y me temo que ahora… voy a dejar de crecer”.

. . .Dicho esto, rompió en llanto.

Espero que en Ustedes produzca este evento el mismo efecto que causó en mí, me dio a entender lo duro que es llegar a tener a Dios en nuestros corazones, que veamos en las dificultades y obstáculos las mejores oportunidades para crecer en nuestra fe, en nuestras convicciones y en nuestra propia capacidad de ser cada día mejores seres humanos, mejores cristianos, mejores hijos y hermanos, mejores padres y esposos, mejores con nosotros mismos.

MOMENTO PARA CRECER

Una mañana a principios de abril del año 2011, cuando estaba trabajando por los Llanos de Guárico conocí a un llanero agricultor entrado en años, de esos que uno piensa que no tienen conocimiento alguno, mas sin embargo su respuesta me demostró la gran sabiduría que no se consigue con los estudios.

Había estado lloviendo bastante, y comenté al respecto que sin duda esas lluvias tempraneras beneficiarían mucho a los cultivos.

Mi interlocutor repuso:

“No; si el tiempo favorece mucho a los sembradíos ahora, es probable que las plantas echen raíces superficiales, y entonces cualquier tormenta podría destruir la cosecha. En cambio, cuando al principio la situación no resulta tan fácil para las plantas, necesitan echar raíces fuertes y profundas que les permitan llegar hasta donde haya agua y alimento. Así, en caso de tormenta o de sequía, tendrán más posibilidades de sobrevivir”.

Ahora, gracias a esas reflexiones, considero las épocas malas como una oportunidad de echar raíces que me permitan capotear las probables tormentas en el futuro.

EL PODER DEL ESPÍRITU

Quienes nos demos cuenta cabal de nuestra propia y verdadera identidad espiritual, sabremos que jamás podremos morir, que nunca podremos ser derrotados, que nunca podemos fracasar realmente.

Podremos perder nuestro cuerpo en el cambio llamado muerte; pero él, el “hombre” verdadero, jamás puede fracasar; aunque sea derrotado mil veces, se levantará una y otra vez.

Tengamos fe en nuestro Poder Espiritual interno y conoceremos los goces de la victoria y la realización. Todas las cosas devendrán nuestras. Busquemos primero el Reino interno (la unión espiritual con lo infinito y la armonía con la Voluntad y Propósitos Divinos), y todas esas cosas se nos darán por añadidura.

No tendremos por qué temer al mañana, pues sabremos que toda previsión ha sido ya hecha. No tendremos necesidad de acumular riquezas, pues el suministro cotidiano siempre estará disponible.

No habrá necesidad de tener al médico cerca, porque Dios, la Vida Infinita, será nuestra salud. No habrá lugar para el pesar o las lamentaciones, pues sabremos que todo está bien. No temeremos a los acontecimientos por venir, porque comprenderemos que el Uno Infinito no comete errores.

Recordemos las frases “DIOS NO JUEGA A LOS DADOS” y “LOS TIEMPOS DE DIOS SON PERFECTOS”