domingo, 26 de enero de 2014

ESCALEMOS NUESTRA VIDA HASTA LO MAS ALTO



Todos tenemos nuestro propio Monte Everest que escalar; algunos ya han tenido la suerte de llegar y otros se afanan constantemente por lograrlo, lo más importante es perseverar.

Algún alpinista se diría a sí mismo:

“Lentamente volteo hacia abajo, el enorme vacío a mis pies se apodera de mi cuerpo, pero mi mente se aferra a la montaña, tengo frío, mucho frío, el agua helada que el sol ha fundido arriba penetra por los lados robándome el calor que me queda, a punto de caer, y a la vez siento que comienzo a levitar, ¡hipotermia!... ¡despierta!, ¡esta remota pared en el círculo polar ártico y que nadie había escalado no será tu tumba! Centímetro a centímetro avanzo. Cuando llego a la repisa sé que la cumbre será nuestra."

El afán de superación del ser humano, ya sea por el espíritu competitivo o por el deseo de superar un reto físico o intelectual, constituye la base para la realización de sus objetivos y metas. Es lo que lleva a un atleta al final de la competencia, o a un artista a realizar sus grandes obras, es el mismo que lleva a un alpinista a la cima de las montañas, y una vez alcanzada la cumbre por tan largo tiempo deseada, es lo que nos llevará a buscar una más alta o más difícil de alcanzar.

En cualquier actividad humana, existen personas que se atreven a intentar concretar y realizar sus más ambiciosos anhelos. La pregunta surge entonces una y otra vez ¿cómo poder llegar a la cumbre? Eso se logra con intensa dedicación, aprendiendo a lo largo del arduo camino que nos ha tocado caminar, con extrema determinación, pero sobre todo con mucho cariño y amor por lo que realizamos.

Todos tenemos nuestro propio Monte Everest o muchos de ellos que escalar; algunos llegan más pronto que otros, algunos se afanan constantemente por lograrlo, sin embargo, creo que lo más importante es perseverar.

Cuando hemos vencido un Everest debemos preguntarnos: ¿y ahora qué, si ya subimos a lo más alto?

Una vez que hemos alcanzado nuestro Everest, su cumbre se convierte en un escalón para explorar nuevos horizontes, esa búsqueda incesante de las propias limitaciones físicas y mentales, esa voluntad por intentar algo más es lo que coloca al ser humano, además de la inteligencia, arriba del resto de la creación, una vez alcanzada una meta siempre existirá otra más.

Al estar inmersos en un nuevo reto, todo nuestro ser debe dedicarse a tratar de sobrevivir, estudiando, entrenando, haciendo caso omiso de la crítica destructiva o de las envidias, utilizando nuestra experiencia y creatividad para llegar más allá de donde otros han llegado.

Escalar es como la vida misma, existen caídas, fracasos, golpes duros e intensas emociones, al ascender hacia una meta lo que más satisfacción nos da es el superarnos constantemente y el estar dando nuestro mejor esfuerzo.
Al alpinismo se le ha llamado el arte de saber sufrir, y saber hacerlo es lo que da sabor a la vida. Vivir intensamente es recibir amargos fracasos y dulces éxitos, es madrugar, desvelarse, tener cansancio, frío, hambre, miedo y sed, ese breve transcurrir de nuestro cuerpo y mente en el espacio de la vida hay que gozarlo intensamente, pero para poder hacerlo hay que soportar, y en el arte de saber sufrir es como podremos conocernos más a nosotros mismos y así tener una relación más plena con los demás.

¿Pero, no es muy arriesgado lo que hacemos?, es lo que nos preguntamos. Al abordar cualquier proyecto, se tienen que correr riesgos, no podemos dejar de correrlos como tampoco podemos hacerlo temerariamente porque no duraríamos mucho en el serio juego de vivir. Un triunfador sabe ante todo sobrevivir, pensando fría y calculadóramente, dándose la libertad para retroceder en el momento adecuado y si está preparado, forzar a la oportunidad para que se presente.

Cuando más incertidumbre ha habido a lo largo del ascenso, cuanto más satisfechos nos sentiremos al llegar a la meta, a la cima. Podemos llegar hasta donde hayamos soñado, si hemos sido realistas en nuestras fantasías y hemos utilizado todos nuestros recursos y facultades al intentarlo.

Antes o después de nuestro Everest, las metas pueden ser infinitas, sólo nos falta dar un paso más, es así cuando el reto se hará irresistible y nuestro afán indestructible.


¡ATREVÁMONOS A SER EL MEJOR ALPINISTA EN NUESTRA VIDA!

lunes, 20 de enero de 2014

MANEJAR EL TIEMPO



¡Oh, tiempo, que te nos escapas! ¡Qué pronto te nos vas!

Esas son algunas de las exclamaciones de poetas y pensadores acerca del tesoro más incalculable que tiene el ser humano: El Tiempo.

Mucho se ha hablado del tiempo, y a veces hasta tiempo perdemos disertando sobre ello, sin aprovechar en la práctica cada segundo de este excelso río que transita sin parar y que a su paso arrastra todos los vestigios de una primavera, de unas ilusiones que no volverán.

El tiempo de cada quien está ahí, sólo debemos saber encontrarlo, administrarlo con propiedad. Ser verdaderos sabios al utilizarlo, darle prioridad a las cosas que realmente lo merecen. Establecer una escala en la importancia de nuestras actividades e ir detrás de ellas hasta alcanzarlas, porque ¿quién tiene garantía de que podrá hacer algo mañana? ¿Quién sabe lo que mañana ocurrirá? Nadie, nadie tiene ese mágico poder, por eso todo lo que podamos hacer hoy, no lo debemos dejar para el otro día.

Cada persona debe establecerse su propio tiempo. Tiempo para amar, tiempo para trabajar, para recrearse, para crecer, tiempo para ser. Las horas que se han ido, nunca se recuperarán, ya se cumplió su tiempo y por más que nos esforcemos, ellas ya no están, pues cada tiempo, tiene su tiempo y si no lo aprovechamos, indiscutiblemente lo perdemos.

Desde que nacemos, nuestro tiempo y reloj comienzan a correr, nunca se detienen, sólo siguen su transitar y somos nosotros los humanos, quienes con él, a su paso, tenemos que marchar. No obstante, hay muchas personas que dejan pasar su tiempo esperando la felicidad, ésa que nunca llega, porque no la han sabido buscar.

Otros, se olvidan del tiempo, y únicamente se percatan de ello, cuando es tarde ya, entonces quieren correr detrás de los años que se han ido, que se han desperdiciado como una semilla en un terreno hostil e infértil. Es en esos momentos cuando nace la nostalgia de lo que pudo haber sido y no fue, de los sueños que no se realizaron y los caminos que no se recorrieron. Y eso, es realmente triste, sí, definitivamente muy lamentable, porque esta vida es una sola oportunidad y un viaje unidireccional.

Entonces, ante la fugacidad de los años, de los días, de las horas ¿Cómo podemos administrar nuestro tiempo en este mundo globalizado, complejo y tan dinámico?

Simplemente haciendo una auditoría de nuestras prioridades, metas y objetivos. Sabiendo qué queremos, qué tenemos y hacia dónde vamos. Estableciendo tareas inherentes a lograr las metas propuestas, dado que sin una planificación, seremos como marineros perdidos en alta mar cuyo tiempo está a la disposición de las turbulentas aguas.

En consecuencia, aprovechar el tiempo es, saber exprimir cada instante, es vivirlo. La mayoría de las veces estamos donde no queremos estar, hacemos lo que no deseamos, y en situaciones como esas, sólo perdemos el tiempo.

Debemos ser dueños de nuestro tesoro más preciado, el tiempo. Aprovecharlo al máximo, significa que decidamos qué hacer, cómo, cuándo y con quién, pues sólo nosotros tenemos la facultad de administrar nuestro tiempo y saber vivirlo con el MÁXIMO DE BENEFICIO.

Si trabajamos, debemos hacerlo en aquellas actividades que sean placenteras, que nuestro trabajo nos cauce emoción, pasión y un gran deseo de dedicarle nuestra mayor disposición y así no lo estaremos perdiendo, sino más bien lo estaremos disfrutando y aprendiendo cada minuto que pasa.

Es probable que señalemos que la mayoría de las veces uno no hace lo que quiere porque debe trabajar en otras actividades que nos reditúan mayor estabilidad económica. Pensemos y mientras atravesamos lo que debemos hacer, anhelemos lo que queremos hacer y nosotros cambiaremos nuestras circunstancias. En muchas oportunidades, por complacer a los demás, echamos al viento y por la borda nuestros momentos. Pasamos horas escuchando charlas o conversaciones tan estériles e insulsas que no aportan gran cosa para nuestro crecimiento. Otras veces regalamos tiempo, cuando nos abocamos y dedicamos a realizar actividades de las que no estamos convencidos, sino que como ovejas de un rebaño, nos dejamos llevar.

Todo el que quiera evitar la pérdida de su tiempo, debe dedicar un poquito de tiempo a pensar lo qué hará cada día, porque no todo lo importante es urgente, y aquellas cosas urgentes, necesariamente no son importantes (importante principio), por lo que es necesario tener una clara visión de lo que debemos hacer y por qué lo hacemos. Si establecemos esa escala de prioridades, y ejecutamos las tareas propias para lograr el objetivo, estaremos usando bien nuestro tiempo.

Cada día tiene su propio tiempo y no debemos cargarle al otro día las tareas del anterior, ya que entonces se descompensa el equilibrio natural de ese tiempo y surgen las complicaciones, los errores y los traumas laborales. Una manera de gozar, de aprovechar nuestro tiempo, es estableciendo plazos. Eso nos ayuda a ser concretos, a fijarnos límites y lograr tener un mejor control siempre y cuando atendamos los parámetros de la libertad y flexibilidad que como adultos podemos manejar.

Lo más importante de todo este examen del tiempo, es que tengamos tiempo para ser personas realizadas, profesionales exitosos, pero sobre todo seres humanos felices, de haber disfrutado de esta pasantía y regalo que es la vida. En efecto, de qué le vale a un profesional ser brillante, si en otros aspectos es un individuo fracasado. El verdadero éxito está en lograr ser una persona plena, tanto en el ámbito profesional, personal, familiar como ciudadano, y en estos casos, el tiempo juega un papel fundamental.

Ya no hay más tiempo para perder, nosotros no podemos dejar pasar más el tiempo. No volverá la primavera de ayer, porque lo que el tiempo se llevó, ya no retornará. Nosotros nunca más tendremos 20 años, si hoy nuestros hijos tienen una familia y cuando estaban en nuestro regazo no los disfrutamos tampoco lo podremos hacer ahora como debimos hacerlo en el pasado.

El tiempo no perdona, no espera, simplemente pasa y luego sin querer nos castiga. Al tiempo le canto, al tiempo le escribo, a ese tiempo que se va, que se escapa inexorablemente llevándose consigo la niñez, la juventud, a los seres queridos que no disfrutamos.

El tiempo es efímero (el tiempo es relativo al espacio), se lo lleva todo y lo que no pudimos hacer en su momento, se convierte en frustraciones, y las frustraciones traen consigo amarguras, desilusiones y llanto.


Si tiempo queremos tener, tiempo debemos darnos a nosotros mismos. Aprovechemos cada instante y momento de nuestra vida, pues cuando el tren parta no volverá a pasar.

martes, 14 de enero de 2014

CONOCER DE VERDAD DE ANATOMÍA



Que los PIES nos lleven por el camino más largo hacia la felicidad, porque la felicidad son solo puntos en el mapa de la vida, y el verdadero disfrute está en buscarlos.

Que los OJOS reconozcan la diferencia entre un colibrí y el vuelo que lo sostiene. Aunque se detenga seguirá siendo un colibrí, y es conveniente que sepamos, para que no confundamos el sol con la luz, ni el cielo con la voz que lo nombra.

Que las MANOS se tiendan generosas en el dar y agradecidas en el recibir, y que su gesto más frecuente sea la caricia para reconfortar a los que nos rodean.

Que el OÍDO sea tan fiel a la hora del reproche, como debe serlo a la hora del halago, para que podamos mantener el equilibrio en cualquier circunstancia.

Que las RODILLAS nos sostengan con firmeza a la altura de nuestros sueños y se aflojen mansamente cuando llegue el tiempo de descanso.

Que la ESPALDA sea nuestro mejor soporte y no la carga más pesada.

Que la BOCA refleje la sonrisa que hay adentro, para que sea una ventana del alma y no la vidriera de los dientes.

Que los DIENTES nos sirvan para aprovechar mejor el alimento, y no para conseguir la tajada más grande en desmedro de los otros.

Que la LENGUA encuentre las palabras más exactas para expresarnos sin que nos malinterpreten.

Que las UÑAS crezcan lo suficiente para protegernos, sin lastimar a nadie.

Que la PIEL nos sirva de puente y no de valla.

Que el PELO le de abrigo a nuestras ideas, que siempre adornan más que un buen peinado.

Que los BRAZOS sean la cuna de los abrazos y no camisa de fuerza para nadie.


Que el CORAZÓN toque su música con amor, para que nuestra vida sea un paso del UNIVERSO hacia delante.

sábado, 11 de enero de 2014

TRIUNFAR NO SIGNIFICA SACRIFICIO



Tradicionalmente se ha planteado el sacrificio como el camino a la realización; lo cual, nos lleva a plantearnos las siguientes reflexiones:
  • ¿Acaso el alpinista considera un sacrificio conquistar la cima de una montaña? ¿No son acaso para él los obstáculos a vencer, como parte del premio que desea lograr?
  • Para una madre, ¿es un sacrificio tener un hijo?, o ¿es la dicha excelsa de dar a luz un nuevo ser humano?
  • ¿Es sacrificio educar a un hijo o representa nuestra continuidad genética y la satisfacción de heredar un ser superior al mundo?
  • Cuando hablamos de los héroes que nos legaron la libertad,
    ¿se sacrificaron por nosotros, o para ellos era intolerable vivir en la esclavitud.
Luego de analizar éstas preguntas, seguramente llegaremos a la conclusión de que sacrificio significa tener que tolerar lo que no deseamos; por ejemplo:
  • Para el alpinista detenerse y tener que regresar sin conquistar la cima
  • Para la madre perder a su hijo en contra de su voluntad
  • Para el padre ver cómo su propio hijo se pierde en las drogas,
  • Y, para el héroe libertario seguir soportando el yugo de la esclavitud.
No existe sacrificio para el triunfador, porque "triunfar es simplemente tener la entereza para alcanzar nuestros sueños", sea logrando una profesión, un negocio próspero, lo reconocemos como esfuerzo sostenido, por lo tanto debemos estar conscientes de que el fracasado jamás hará lo que hace un triunfador.

El que gana sacrificándose en hacer lo que no desea, destruyendo a los seres que ama o sometiendo su auténtica vocación en ser lo que no desea ser, no se puede considerar un auténtico triunfador; es un extraviado en la vida que logró tener lo que no deseaba y que inevitablemente se convertirá en un ser amargado que reprochará a la vida lo que él no fue capaz de dar.

Se narra sobre un famoso concertista de piano, que en alguna ocasión, después de haber logrado una interpretación excelsa de Chopin, uno de los asistentes se le acercó y le dijo: "Maestro, yo daría la mitad de mi vida por lograr tocar como usted ha tocado esta noche", y él le contestó: "Yo ya la he dado", ya había entregado la mitad de su vida por alcanzar esa virtud. Así hemos de luchar siempre para no sacrificarnos, hacer lo que debemos hacer, para lograr lo que deseamos.

Vocación significa "llamado a" y todos los seres humanos tenemos un llamado diferente, que además representa el único camino a la realización; por ejemplo, quien se siente llamado a la medicina será un fracasado si se dedica a cualquier otra actividad, ser empresario es un llamado tan singular como cualquier otro, lo cual no debemos confundir con tener dinero para buscar mayores satisfactores, éste es un mensaje en el inconsciente universal, vivir mejor, todos anhelamos bienestar, pero creer que a través de una empresa lo vamos a lograr de inmediato y fácil, es un grave error existencial. 

Busquemos nuestro LLAMADO y conquistémoslo con esfuerzo, pero con alegría, porque la cima que alcanzaremos, será la que esperábamos.  

viernes, 10 de enero de 2014

UN PASO ADELANTE SIEMPRE


Llegar a ser una persona con iniciativa no es una misión imposible, si se toma la decisión de serlo...


Plantearnos nuevos retos, iniciar un nuevo proyecto, adelantarnos a los hechos, generar nuevas ideas y proponer soluciones, son las típicas acciones de quienes tienen una cualidad imprescindible para alcanzar el éxito: La Iniciativa.

Pero, ¿cómo es que nosotros puede desarrollar nuestra iniciativa?

Sintiendo PASIÓN por lo que hacemos y por las personas con las que interactuamos: Esto implica, que debemos ponerle empeño a todo lo que hacemos (el trabajo, los estudios, la diversión, etc...) y demostrar una inclinación o preferencia muy vivas hacia las personas con las que interactuamos (nuestra pareja, hijos, padres, amigos, compañeros, etc...).

Siendo ENTUSIASTAS: Es decir, mostrando fervor, buen ánimo y fogosidad en todo lo que hacemos, decimos y en el trato que le damos a las personas con quienes interactuamos; en especial, en los momentos más críticos.

Teniendo AUDACIA para lograr aquello que queremos: Esto significa que nosotros debemos ser atrevidos, osados o resueltos al momento de conseguir aquello que queremos o deseamos.

Dando lugar a la IMAGINACIÓN para encontrar la idea o solución que necesitamos: Esto se refiere al acto mental de "abrir las puertas" a la facultad del alma que permite concebir nuevas ideas, proyectos o soluciones, sin ponerle "peros", hasta que se descarte totalmente la opción de ponerlas en práctica o la posibilidad de implementarlas.

Permitiéndonos INNOVAR todo aquello que debe ser cambiado o renovado: Es decir, que nosotros debemos darnos el permiso (cuando sea necesario) para alterar, cambiar o modificar aquello que ya existe pero que debe ser reformulado con algo nuevo. 
Por tanto, llegar a ser una persona con iniciativa no es una misión imposible, siempre y cuando, nosotros tomemos la decisión de sentir pasión y entusiasmo por las cosas que hacemos, las palabras que decimos y en el trato que le damos a las personas con quienes interactuamos, además de tener la suficiente audacia para lograr aquello que queremos o deseamos, la imaginación para encontrar la idea que se necesita en el momento oportuno y el permitirnos innovar aquello que debe ser cambiado o modificado.

Finalmente, recordemos siempre ésta frase cuando escuche la palabra "iniciativa":
"Ser capaz de anticiparse a los demás, adelantarse a la competencia e idear las soluciones más imaginativas e innovadoras para dar inicio a algo nuevo, se conoce como: INICIATIVA"


Ivan Thompson

sábado, 4 de enero de 2014

BIENVENIDO 2014



El tiempo pasa volando casi sin darnos cuenta. Hace nada era otro año, y aunque todo parece ser prácticamente igual, ahora estamos viviendo un nuevo año.

¿Y qué tiene de diferente este año?

Nada, la verdad es que todo sigue igual: el mismo sol, los días iguales, el mismo aire, el mismo ambiente, la misma semana… sólo el número del año es diferente. Pero... Nosotros podemos hacer que este año sea diferente. En nuestras manos está la capacidad de lograr que todo sea diferente este año: lograr cambios en nuestras vidas, en nuestra familia, en nuestras amistades, comunidad, ciudad, pueblo, país y mundo. Por insignificante que nos sintamos, si nosotros personalmente aportamos nuestro propio granito de arena, lograremos realizar valiosos cambios.

Lo importante de llegar a enero comenzando un nuevo año no es que ayer fuese un año y hoy otro… lo importante es llegar al día de hoy haciendo una diferencia.

¿Cómo? Buscando la paz, amor, teniendo fe, esperanzas, modificando actitudes, ayudando y sirviendo a los demás, acercándonos a Dios y caminando de su mano…

Si nosotros ponemos de nuestra parte en hacer que las cosas sean mejores, no tengo la menor duda de que lo lograremos.