lunes, 4 de julio de 2011

EL AMOR TODO LO PUEDE. Reedición

Durante cientos de años hemos creído de forma errónea que la tecnología, una vez desarrollada plenamente, resolvería los males de la humanidad, que la ciencia indicaría el camino por el que salir del bosque, por el que alejarse de la enfermedad, la pobreza, el sufrimiento y el dolor.

Hoy sabemos que, por sí solas, la tecnología y la ciencia son incapaces de resolver nuestros problemas. La tecnología puede utilizarse para diversos fines, buenos o malos. Sólo cuando se emplea la tecnología con iluminación, sabiduría y equilibrio puede ayudarnos de verdad. Tenemos que encontrar el equilibrio adecuado.


El amor es la piedra fundamental sobre la que se basa ese equilibrio.

Cuando la gente tiene experiencias espirituales intensas, casi siempre se evoca la energía del amor. Esa forma de amor es incondicional, absoluta e ilimitada. Es como un impulso de energía pura, una energía que también posee atributos de gran fuerza, como la sabiduría, la compasión, la eternidad y la conciencia sublime.

El amor es la energía más básica y dominante que existe en este universo. Es la esencia de nuestro ser y de nuestro universo (lo que en anteriores oportunidades he denominado LA FUERZA)
 
 
El amor es el componente fundamental de la naturaleza que conecta y une todas las cosas, a todas las personas.

El amor es más que un objetivo, más que un combustible, más que un ideal. El amor es nuestra naturaleza. Es nuestra esencia.

Espero que esta nota nos enseñe a reconocer el amor, a cultivar y ampliar nuestras experiencias de amor (en especial para con nosotros mismos y en nuestras relaciones) y a manifestar e irradiar nuestro amor a los demás. Gracias a ello tendremos, de forma inevitable, más alegría, más salud y más felicidad en nuestra vida.



El amor todo lo cura, es la medicina. En un futuro cercano algunos atributos de su energía se estudiarán científicamente, se cuantificarán, se medirán y se comprenderán. Otros seguirán siendo misteriosos, ilimitados e incalculables.

Por fortuna, cuando la energía del amor se siente con profundidad, sus efectos curativos se experimentan siempre, con independencia de si se mide o se comprende (la fuerza que opera milagros).

Los científicos saben que todo es energía. Las bombas nucleares se construyen según técnicas de transformación y liberación de energía. La medicina naturista y la tradicional funcionan debido a transformaciones de energía provocadas a nivel celular. Los resultados varían mucho, pero los mecanismos subyacentes son los mismos: transformaciones de energía (ya escribí algo relacionado con La Ley de la Conservación de la Energía o Primera Ley de la Termodinámica).

La energía del amor es, en potencia, más fuerte que cualquier bomba y más sutil que cualquier hierba. Lo que sucede es que aún no hemos aprendido a aprovechar esa energía tan básica y pura. Cuando lo consigamos, podrá darse una curación en todos los niveles, individual y planetaria (el poder de la FE).

Se ha escrito de la fenomenología, las características de diversas experiencias metafísicas: la reencarnación, la naturaleza del alma, los curanderos y la curación, los hechos parapsicológicos y los dones de los médiums, las experiencias cercanas a la muerte y post mortem, y la increíble sabiduría de los seres que parecen existir en “el otro lado” o “más allá”.

Ahora tenemos la oportunidad de comprender y experimentar la energía común a todas esas experiencias, fenómenos y seres, que los conecta. Al hacerlo, nuestra vida se amplificará y mejorará, y podrá deshacerse de los bloqueos (anclas) y obstáculos que nos impiden alcanzar la paz interior, la alegría y la felicidad.

Nuestras almas siempre se sienten atraídas hacia el amor. Cuando comprendamos de verdad el concepto de que el amor es una energía que lo abarca todo y que su impulso curativo puede transformar con rapidez nuestros cuerpos, mentes y almas, superaremos nuestros dolores y males crónicos.

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