Todos
los días deberían ser maravillosos, y pueden serlo. Deberíamos dar cabida
a las cosas buenas para que se alojen en nuestros corazones.
Vivamos
cada día como si fuese el último, no dejemos pasar un día sin haber hecho
algo bueno para nosotros o para los que nos rodean.
Es
posible ser feliz, es posible vivir una vida gratificante, en plenitud.
Todas
las cosas malas se pueden revertir, si alguna vez hemos hecho algo malo o pensamos
que hemos actuado mal, no pensemos que eso necesariamente nos perseguirá hasta
el último de nuestros días; no es así, cada día que abrimos nuestros ojos
supone una nueva oportunidad para volver a hacer las cosas bien, una
nueva oportunidad de recomenzar con nuestras vidas.
Volvamos
a hacer planes, no dejemos que el hastío y el aburrimiento nos tapen el
sol, hagamos de nuestros días un nuevo renacer, una nueva oportunidad para no
cometer los errores del pasado.
Riamos, eso
siempre nos hará bien, nos dará vida, juventud, y contagiaremos a los que nos
rodean de buenas vibraciones. Nos querrán y respetarán por tener siempre la
palabra justa, la sonrisa cuando un rostro esté triste. Seamos felices para que
todo lo que hagamos sea hecho con mucho amor y cariño.
-Nosotros dirigimos nuestros
propios sentimientos, podemos sentirnos como queramos-
Si
nos apetece llorar, no nos reprimamos, lloremos lo que haga falta, dejemos que
todos nuestros sentimientos afloren para que podamos liberarnos de todo lo que nos
aprisiona.
Ayudemos
a quien pide nuestro consejo, ofrezcamos unas palabras, unas conversaciones con
personas que lo están pasando mal. No sabemos cuánto están deseando encontrar
una persona que sólo le diga que "aquí estoy", "cuenta
conmigo". Y aunque nada nos diga, sentirá nuestra protección, alguien que
sabe comprender por lo que pasan. Recordemos que los males de amores son
los que no dejan avanzar, son lo que más cuesta sacar de nuestros corazones y
de nuestra mente. Nuestro apoyo es muy importante.
Caminemos
por la vida siendo una buena persona, sintiendo la brisa del aire que nos
toca cuando caminamos, si vamos por la vida con esa actitud tan positiva,
extendiendo nuestras manos a quien lo necesite, seremos una persona que siempre
será recordada por su gran entrega.
Recordemos
que no todos sonríen en este momento, tristemente hay muchas lágrimas derramadas
por todos lados, acerquémonos a los que sufren, dejemos nuestra huella en
este mundo.
-Regalemos amor-
No
nos guardemos la bondad ni el amor, repartámoslo, entreguémoslo, regalémoslo,
pero que no se quede sólo en nosotros, porque de nada nos servirá el día de
mañana. No hay que ser egoístas, dejemos cosas positivas en nuestro caminar por
esta vida.
-Nosotros somos luz -
Con
nuestro ejemplo podemos dar luz al mundo, mostrémosle a las personas que nos
rodean que se puede ir ayudando a la gente sin esperar nada a cambio, que la
mejor recompensa la tendremos al final de nuestra vida.
Vivamos nuestra vida a tope, recordemos que todos estamos de paso
por esta vida y que cada día es como subir a una gran escalera, en cuesta, pero
cuando lleguemos a la cima y miremos hacia abajo y veamos toda la gente que se
benefició de nuestra bondad, seremos la persona más felices de la tierra.
Busquemos en nuestro interior, reencontrémonos, seamos una persona que es capaz de
renacer cada día, en cada amanecer y en cada momento del día.
Dejemos
que el amor y la bondad inunde nuestro corazón para que nuestro interior se
ilumine.
Demos
lo mejor de nosotros a quienes viven en nuestro entorno.
Recordemos que lo único más grande que nosotros,
es Dios, los demás somos todos iguales, pero
podemos hacer una diferencia si amamos a nuestros semejantes. Si somos capaces
de amar, también seremos capaces de ser amados.
Viviendo de esta forma y
haciendo estas cosas, nuestros días serán maravillosos, por el sólo hecho de
haber tenido bondad para con nuestros semejantes nos sentiremos bendecidos.