Recuerdo haber escrito algo similar en una oportunidad anterior, donde narré un evento que ocurrió cuando era niño, en el Colegio, y uno de mis compañeros nos dio una lección cuando dijo que Dios es el Azúcar de nuestra vida.
Cuando incursioné en el Cristianismo pude entender y responder las preguntas de este tema. Muchas personas, cuando avalamos y conversamos de temas teológicos me dicen: “Queremos conocer a Dios; ¿dónde está Dios?”.
Pues bien, la pregunta es completamente absurda.
¡Dónde no está! Ellos preguntan dónde está; deben de estar completamente ciego y apartados de este mundo. ¿No pueden verlo?, ¿no pueden ver que sólo él existe? En el árbol y en el pájaro, en el animal, en el río, en la montaña, en el hombre, en la mujer… él está en todas partes.
El ha tomado muchas formas para rodearnos, para bailar a nuestro alrededor. ¡El está diciendo “hola” desde todas partes! Y nosotros no lo escuchamos. Nos está llamando desde todas partes. Nos está invitando desde todas partes: ¡ven a mí! Pero de alguna manera nosotros estamos cerrando los ojos, o los tenemos vendados; no miramos a ninguna parte.
NO OLVIDEMOS LA FRASE “NO HAY MAS CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER, NI MAS SORDO QUE EL QUE NO QUIERE OIR”
No hay comentarios:
Publicar un comentario