miércoles, 28 de noviembre de 2012

NUESTRAS ALAS


Que sean nuestros pies y no el camino los que nos conduzcan a la verdad, que nuestra palabra sea dócil y segura. Que nuestro camino sea el amor en el que encontraremos nuestra salvación.


Pensemos que no muy lejos del mar crece una flor muy pequeña y sencilla llamada ESPERANZA.

Pensemos que en algún lugar del mundo hay una boca llena de silencio que nos llama.

Pensemos que lo mejor que nos puede pasar es seguir viviendo en el recuerdo por haber sido una buena persona.

Entonces sí seremos ricos, mis queridos amigos. Entonces sí podremos volar con la medida exacta de nuestras alas.

viernes, 23 de noviembre de 2012

DESPEINADOS


¿De qué nos preocupamos? ¿Por qué lloramos? ¿Por qué motivo no nos sentimos libres?


¡Despeinémonos y vivamos felices!

La vida está para vivirla a plenitud, para disfrutarla de corazón. No nos encerremos en nuestros sufrimientos, no vivamos la vida enfocándonos en el dolor y lo negativo. La vida es y será como nosotros la queramos, ¡disfrutémoslo, vivamos con alegría en nuestro corazón!

“Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida nos despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad. Lo rico engorda, lo bonito sale caro, el sol que ilumina nuestro rostro arruga y lo realmente bueno de esta vida, despeina.”

¡No tengamos miedo a despeinarnos!

Reírnos a carcajadas, viajar, volar, correr, meternos en el mar, quitarnos la ropa... todas estas cosas despeinan. Besar a la persona que queremos y jugar, despeina. Cantar hasta que nos quedemos sin aire, despeina. Bailar hasta no tener fuerzas y aliento, nos deja el pelo irreconocible. Así que discúlpenos si nos ven con pelos locos y alborotados.

Sólo queremos ser felices.

Somos todo amor, y necesitamos vivir enamorándonos de la vida, de nosotros mismos y aquellos que están a nuestro lado.

¡Nosotros valemos mucho!

Dentro de nuestra gran capacidad de amar está el de amarnos a nosotros mismos, el de entregar de nosotros mismos para poder amar y ayudar a los demás. Eso es algo que nos hace especiales como personas y algo que nos da un gran valor en los ojos de los demás: tener ojos, amor y bondad para con ellos.

Nada en este mundo merece que nuestros ojos siempre derramen lágrimas… nada amerita que nuestros corazones se llenen de inquietudes, pues desde el fondo de nuestro ser tenemos que sacar esa fortaleza que Dios nos dio desde el instante mismo en que nos creó, para bien de la vida… para que caminemos por el mundo con la frente en alto y sepamos afrontar cualquier situación que nos lastime.

En nuestro interior encontraremos la fortaleza, fuerza, esperanza, vida y amor que necesitamos… No perdamos nunca el camino, fortalezcámonos de amor, paz, cordura y cuando encontremos el equilibrio en nuestro ser sabremos qué hermosa es la vida y encontraremos la verdadera felicidad.

Quienes viven con alegría es porque lo han decidido así, pues nadie está exento de problemas. La diferencia está en que algunas personas deciden dejar que el cabello se les despeine y tomarlo con alegría.

Ahora riamos, bailemos, despeinémonos y dejemos que el viento mueva nuestros cabellos libremente, no vivamos con el dolor llenándonos el corazón, la vida es y será como nosotros la queramos.

jueves, 22 de noviembre de 2012

SUPERARNOS CADA DIA

La vida nos enseña a enfrentar y superar cada día.


Sólo con los años se aprende que nada es lo que parece.

Que siempre volvemos a cometer los mismos errores.

Que volvemos a creer en falsas promesas.

Que siempre habrá quien nos traicionará.

Que lloraremos por malos amigos, críticas maliciosas, malas decisiones y malos amores.

Así es la vida, con sus penas, alegrías y con todas sus injusticias.

Pero nada es completamente malo, pues aún con todo lo sufrido, son experiencias que habremos ganado.

Es gracias a todo lo malo que vivimos que logramos aprender a enfrentar los retos de la vida.

Dentro de cada persona está su luz interior, esa que nos llevará a tomar la vida en la dirección correcta.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

TENER, HACER Y SER



Casi todas las personas creen que si “tiene” alguna cosa (más tiempo, dinero, amor o lo que sea), puede finalmente “hacer” algo (escribir un libro, tener un pasatiempo, ir de vacaciones, comprar una casa, iniciar una relación), lo que le permitirá “ser” algo (feliz, pacífico, contento o estar enamorado).


En realidad, están revirtiendo el paradigma Ser-Hacer-Tener. En el universo como es en realidad (opuesto a como tú piensas que es), “el tener” no produce “ser”, sino todo lo contrario.

Primero eres ese algo llamado “feliz” (o “conocedor” o “sabio” o “compasivo” o cualquier otra cosa), luego empiezas a “hacer” las cosas desde este punto de ser y pronto descubres que lo que estás haciendo termina proporcionándote las cosas que siempre deseaste “tener”.

La manera de poner en movimiento este proceso creativo (y eso es lo que es… el proceso de la creación) es saber lo que deseas “tener”, preguntarte lo que piensas que “serías” si “tuvieras” eso y, enseguida, ir directamente a ser.

De esta manera, inviertes la forma en que has utilizado el paradigma Ser-Hacer-Tener en realidad, lo estableces correctamente y trabajas con la fuerza creativa del universo, en lugar de contra ella.

RECORDEMOS ENTONCES QUE PRIMERO SOMOS (NACEMOS), LUEGO HACEMOS (CRECEMOS, MADURAMOS) Y POR ULTIMO TENEMOS (REPRODUCIMOS, GENERAMOS).

jueves, 8 de noviembre de 2012

MOMENTOS DE NUESTRAS VIDAS



La vida está llena de momentos, unos más agradables que otros, unos más memorables que otros y unos más pasajeros que otros…


Algunos de esos momentos alcanzan la inmortalidad, pues son momentos que han sido grabados en nuestros corazones con el pincel de la incertidumbre, la duda, remordimiento, arrepentimiento, dolor o incluso rebosante felicidad.

Todos los momentos vividos son parte de nuestra vida, están para vivirlos, aceptarlos, recordarlos y olvidarlos.

Hay momentos en la vida que nos marcan para siempre, dejan huellas que nada puede borrar porque han quedan marcadas en nuestros corazones. Momentos imborrables, muchas veces debido a amores que murieron por un error que cometimos, o errores de ellos mismos pero en los que ninguno tuvo la humildad pedir disculpas, errores por los que dejamos atrás aquello que con un poco más de esfuerzo nos pudo haber hecho felices y dar otro rumbo a nuestra vida.

Pero ya es tarde, por eso se llaman “momentos” y si no sabemos guardarlos o cuidarlos se nos van como agua entre los dedos. No tratemos de olvidar o de estar pensando en lo que no hicimos, eso ya pasó, no hay vuelta atrás, sólo queda seguir adelante atesorando todos los bellos momentos que la vida nos regaló, que en su tiempo no lo valoramos.

Conservemos en un lugar de nuestro corazón todo lo vivido, lo que hemos llorado y lo que hemos reído; son momentos que nos acompañarán cuando llegue el otoño a nuestra vida y un día nos sorprenderemos volviendo la vista atrás y sintiéndonos felices por haber amado y sido amados.

Atesoremos los buenos momentos… Aunque aquella relación no prosperó, no permitamos que las sombras de la tristeza borren nuestros momentos, no permitamos que nadie nos borre los recuerdos. Sembramos amor en otra persona y ese es un sentimiento que no todos lo saben dar; si amamos y nos amaron y si no recibimos lo que dimos que tampoco nos importe, hemos sido unas personas privilegiadas, hay que echar las migas de pan en el agua, habrá quien se beneficie con nuestro acto de amor.

Siempre hay que darlo todo, no guardarse nada, aprender de los errores y ser humildes, desgraciadamente esto es algo que aprendemos cuando ya hemos cometidos los fallos, pero nos queda la oportunidad de enseñar a los nuestros la nobleza del perdón y del no guardar rencor a nadie, sólo así lograremos ser felices.

Quizás para nuestra vida ya pasó el tiempo, pero son cosas que podemos enseñarle a nuestros hijos para que nunca pierdan los momentos más bellos de la vida, porque después sólo quedan preguntas que nunca tuvieron respuestas.

Procuremos no retrasar las cosas, olvidar y conservar recuerdos nos dará más alegría y felicidad a nuestra vida, cada día que pasa debemos decir:

¡Hoy es un nuevo día para mí! Haré que cada minuto y cada hora que pase sean especiales, porque de eso se trata la vida, de vivir los momentos, ya sean felices o tristes, hay que vivirlo, porque ningún día es igual a otro…

¡Hoy voy a vivir mis momentos así conservaré en mi corazón la historia de mi vida!

domingo, 4 de noviembre de 2012

DAR VIDA DESPUÉS DE LA VIDA


Llegará un buen día en que en determinado momento un médico comprobará que mi cerebro ha dejado de funcionar y que, definitivamente, mi vida en este mundo ha llegado a su término.


Cuando llegue es momento, no intenten infundirle a mi cuerpo una vida artificial con ayuda de alguna sofisticada máquina, y no digan que me encuentro en mi lecho de muerte. Estaré, más bien, en mi Lecho de Vida, y vean que éste, mi cuerpo, sea retirado para contribuir a que otros seres humanos tengan una mejor vida.

Donen mis ojos al desdichado que jamás haya tenido la dicha de contemplar el amanecer, que no haya observar el rostro de un niño; den mi corazón a alguna persona a quien el propio, sólo le haya valido interminables días de sufrimiento.

Mi sangre dónenla al adolescente rescatado de su automóvil destrozado, a fin de que pueda vivir hasta ver a sus nietos retozando a su lado. Donen mis riñones al enfermo que debe recurrir a una máquina de diálisis para vivir de una semana a otra.

Para que un niño lisiado pueda andar, tomen la totalidad de mis huesos, todos mis músculos, las fibras y nervios de todo mi cuerpo.

Hurguen en todos los rincones de mi cerebro. Si es necesario tomen mis células y hagan que se desarrollen, de modo que algún día un chico sin habla logre gritar con entusiasmo al ver un gol de su equipo de futbol predilecto y que una muchachita sorda pueda oír el repiquetear de la lluvia en los vidrios de la ventana.

Lo que quede de mi cuerpo, entréguenlo al fuego, y lancen las cenizas al viento para contribuir al crecimiento de las flores.

Si algo han de enterrar, que sean mis errores, mis flaquezas, mi mal genio y todos mis prejuicios contra que en alguna oportunidad tuve para con mi prójimo.

Si acaso quisieran recordarme, háganlo con una buena obra y diciendo alguna palabra bondadosa a quien tenga necesidad de ustedes. Si hacen todo esto que les pido, tengan por seguro que viviré eternamente, logrando así tener VIDA DESPUÉS DE LA VIDA.

Anónimo.

jueves, 1 de noviembre de 2012

¿HOY TUVIMOS UN MAL DÍA?


Los hay, desde luego. ¡Y muy frecuentes!


Hay días en los que brilla el sol y la vida sigue como siempre: las cosas no han cambiado, nada urgente nos falta en apariencia y sin embargo... nos sentimos mal, como incompletos, como... insuficientes, como desalentados y extraños.

Ese día en que abrimos los ojos y no sabemos por qué, traemos un desánimo que nos nació en el sueño, que nos brotó en lo alto de la noche y se filtró a nuestra alma gracias a quién sabe que asociaciones oscuras y angustiosas.

Ese día en que nos cuesta trabajo levantarnos. ¡Ayer estaba todo bien! Ese día en que presentimos que nada va a ir como nosotros lo deseamos, ese día que no tiene color, cuyas primeras horas son de laxitud, recelo o ligera zozobra.

Ese día, es un día que nació gris.

Nunca se puede evitar esto. La química de nuestro cuerpo, la inercia de nuestra psique, la reacción desconocida de factores internos a estímulos que no descubrimos todavía, nos quieren pintar este día de gris. Gris opaco. Gris depresivo. Gris pasivo. Gris marginal.

Sin embargo...

Lo que sí podemos hacer, cuanto antes, es tomar nosotros mismos la decisión de activar nuestros propios pinceles y aprovechar ese gris neutro para inundarlo de figuras diversas: ¡Flechas verdes, curvas doradas, zig-zags blancos, puntos azules!

Podemos convertir en unos cuantos segundos o minutos ese panorama triste en un deseo realizable, un canto que te estimule, un silencio que te hable.

No hay días grises... ¡todos son iguales! Quien les da color somos nosotros.

Quienes son capaces de alegrarse con la lluvia o admirar la tempestad, somos nosotros. Quienes se echan a llorar bajo un sol espléndido o un cielo maravilloso, somos nosotros. Porque no son los días los que nos dan color. Somos nosotros quienes podemos pintar como deseemos, cada día.

Si sentimos que comienza todo gris... ¡Decidámonos y llenémoslo de color!
Cerremos los ojos. Respiremos hondo, pensemos claro... ¡Y vivamos como nunca el día de hoy!

¡Los mejores colores de la vida están siempre dentro de nosotros mismos!

Abrir los ojos a otro día, es un regalo que no siempre vamos a tener.