jueves, 25 de octubre de 2012

TESORO INVALUABLE. Reedición



Lo que más anhelamos en la vida no es comida, dinero, éxito, posición, seguridad o sexo; ni siquiera el amor del sexo opuesto. Una y otra vez conseguimos estas cosas y terminamos sintiéndonos insatisfechos, en ocasiones más de lo que estábamos al principio. Lo que más anhelamos es un secreto que se revela sólo cuando estamos dispuestos a descubrir una parte oculta de nuestro ser.


En las antiguas tradiciones sapienciales, este empeño se comparó con la recolección del más invaluable tesoro, una manera poética de expresar que debemos nadar bajo las “aguas superficiales” sumergirnos en nuestro ser y buscar pacientemente es tesoro invaluable.

El Tesoro también recibe el nombre de esencia, hálito de Dios, agua de vida o néctar sagrado, lo que con la trivialidad propia de la era científica llamamos “transformación”. Transformación significa cambio radical de forma, como cuando la oruga se transmuta en mariposa. En el ámbito humano significa convertir temor, agresión, duda, inseguridad, odio y vacío en sus opuestos. ¿Es esto posible?.

Lo indudable es que el anhelo secreto que carcome nuestra alma es totalmente ajeno a cuestiones externas como dinero, posición o seguridad; nuestro ser interior reclama un significado, el final del sufrimiento y respuestas a enigmas como amor, muerte, Dios, alma, bien y mal. Una vida superficial jamás responderá a estas preguntas ni satisfará las necesidades que las suscitan.

La única manera de satisfacer el anhelo más profundo es encontrando nuestras dimensiones ocultas.

ENCUÉNTRENSE A SI MISMOS Y HABRÁN ENCONTRADO EL TESORO MAS PRECIADO E INVALUABLE, TU MISMO, TU YO INTERIOR ES ESE TESORO.

domingo, 21 de octubre de 2012

HUELLAS EN NUESTRO CAMINO



Una noche soñé que veía en los cielos mi vida representada en una serie de escenas que en silencio no me cansaba de contemplar.


Veía dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando mientras con Él andaba como amigos conversando a lo largo de playa.

Miraba atento esas huellas reflejadas en el cielo pero de pronto algo extraño observé y sentí un gran desconsuelo. Observé que algunas veces, en ciertos instantes del camino en vez de ver los dos pares, veía sólo un par de ellas.

Y observaba también yo que aquel único par de huellas sucedían mayormente en mis noches sin estrellas, en mis momentos más difíciles. En las horas de mi vida llenas de angustia y tristeza cuando el alma necesita más consuelo y fortaleza.

Entonces le pregunte triste: “¿Señor, Tú me has prometido que en mis horas de aflicción siempre andarías conmigo…? Sin embargo, noto con tristeza que en medio de mis querellas cuando más siento el sufrir veo sólo un par de huellas en la arena de la playa de mi vida. ¿Dónde están las otras dos que indican Tu compañía cuando la tormenta azota sin piedad la vida mía?

Y, entonces Él me contestó: con ternura y comprensión; "Escucha bien, hijo mío, comprendo tu confusión. Siempre te amé y te amaré, y en tus horas de dolor siempre a tu lado estaré para mostrarte Mi Amor. Mas si ves sólo un par de huellas en la arena al caminar, y no ves las otras dos que se debieran notar, es que en tu hora afligida, cuando flaquean tus pasos, no hay huellas de tus pisadas porque te llevo en Mis brazos".

Anónimo.

domingo, 14 de octubre de 2012

NADA ES CASUALIDAD, TODO ES CAUSALIDAD


”Sucesos inesperados, imprevistos, circunstancias que no se pueden prever con anterioridad, acontecimientos que se suceden sin haber sido planeados, azar, eventualidades, coincidencias o situaciones que van más allá de nuestra comprensión”. Frases como estas son las que encontramos en los diccionarios para definir la CASUALIDAD.

La vida del ser humano está llena de incógnitas desde el nacimiento hasta la muerte; todo lo que le ocurre a uno mientras vive ¿por qué ocurre?

Las personas llegan a nuestras vidas por una razón, una temporada o para toda la vida.

Cuando una persona llega a nuestras vidas por una razón, es para cumplir con algún deseo o necesidad que nosotros tengamos o hayamos expresado. Llegan para ayudarnos a atravesar una dificultad, para hacer de guía y soporte, ya sea físico, mental o espiritual.


Pareciera ser alguien que envió Dios, y ¡lo es! Es por esa razón que nosotros lo necesitábamos y llega. Después, sin que nada malo suceda o sin que ocurra ningún inconveniente específico, esta persona hace o dice algo para que la relación no continúe y se rompa. A veces se muere. A veces se aleja, y a veces hace algo para que tú te alejes.

Lo que debemos entender es que nuestra necesidad fue satisfecha, nuestro deseo se cumplió, su trabajo está hecho. La súplica que pedimos fue escuchada y cumplida, y ahora es tiempo de seguir adelante.

Cuando una persona llega a nuestra vida por una temporada, es para compartir, crecer y aprender. Esa persona puede traernos un período de paz, o simplemente hacernos divertir. ¡Créelo! ¡Es Verdad! Pero esto es sólo por una temporada.

Las relaciones para toda la vida enseñan lecciones de vida. Cosas que debemos establecer para crecer con una sólida base emocional. Nuestro trabajo es aceptar la lección, querer a esa persona, y usar eso que aprendimos en todas las amistades y ámbitos de la vida.

Una misma persona puede ser una razón, una temporada o toda la vida, depende de quién sea la persona a la cual se acerque.

Aceptemos lo que nos brinda, siempre nos dejará algo, un recuerdo, un momento alegre o quizás logrará ese cambio que tanto hemos esperado para ver la vida de otros colores, con otros cristales. Recordemos el dicho “Todo depende del cristal con que se mira”.

lunes, 8 de octubre de 2012

SERENIDAD PARA ACEPTAR LA DERROTA, CONVIÉRTELA EN TRIUNFO

La vida se compone de momentos de todo tipo. En los momentos de alegría podemos llegar a confiarnos en exceso ante la buena fortuna. Sin embargo, en los momentos de tristeza podemos llegar a rozar incluso la desesperación al pensar y sentir que el sol nunca volverá a brillar en el horizonte. El tiempo además en un momento de bonanza se hace efímero, en cambio por el contrario, en una situación de sufrimiento se hace eterno. Esta perspectiva del tiempo cambia en función de la subjetividad y también, dependiendo de los sentimientos del sujeto.



Como seres humanos debemos aprender a aceptar aquellos acontecimientos que van en contra de nuestra voluntad o nuestros deseos, de lo contrario, si la rabia interior perdura eternamente entonces, se produce la frustración y la falta de confianza en nosotros mismo. Evitar la autocompasión no siempre es fácil por ello, es esencial cultivar la autoestima para aceptar la derrota con serenidad y aprender de cada error un mensaje positivo puesto que la vida es un aprendizaje constante, es caer y levantarse.

¿Sufrimos por un acontecimiento pasado que no estaba dentro de tus expectativas? Entonces, es mejor que aprendamos a pensar que el pasado sólo es la huella del camino andado pero la realidad de nosotros mismos es el presente que se dibuja en forma de aquí y ahora. Es así como podemos entender que SI HAY UN CAMINO.

Como ser humano, tenemos una tendencia excesiva al apego no sólo material sino también emocional. Nos cuesta deshacernos de ciertos recuerdos, de algunos dolores, e incluso, nos cuesta despedirnos a nivel interior de ciertas personas. Decir adiós no es fácil pero a veces, es necesario dejar atrás ciertos recuerdos para poder volar de nuevo con independencia emocional, autonomía y equilibrio interior. No hagamos de las derrotas del pasado nuestro alimento del futuro.


Aceptar la derrota con serenidad es tan esencial como aprender a disfrutar del éxito y del triunfo vital que aporta un sabor dulce a la vida. Aprender a vivir en paz con nosotros mismos es la mejor forma de cuidar el bienestar interior y ademas nuestra salud.

miércoles, 3 de octubre de 2012

LA ALEGRÍA DE SERVIR



La Naturaleza y sus criaturas, todas fueron creadas para gozar, precisamente desde la vivencia del Servir. Servir es alcanzar la máxima cota de anonadación, de hacerse el último por amor a todas las mujeres y hombres de todos los tiempos. El servicio tiene su arranque en el Evangelio, en Jesús de Nazaret, que sirvió al dolorido, al loco, al tullido, a la adúltera… El servir era la razón profunda de su vida, y a ella optó desde el silencio y desde su Palabra: "No he venido a ser servido sino a servir" Mc 10, 43-45.


Está basado en la grandiosidad de la Naturaleza. En ella todo es un anhelo de servicio. Sirven la nube, el viento, el surco, la flor, la tierra. Cada miembro está llamado a sembrar lo que hubiere de ser sembrado y ejecutar los esfuerzos que otros rehúyen. A allanar los caminos y poner fin a los problemas. A hacer crecer la Fe y la Esperanza donde los demás la perdieron y a salpicar la nota alegre en los corazones tristes.

El Servicio que tiene límites, ya no es servicio, puesto que éste es el manifiesto externo del Amor. SERVICIO, como Él sirvió, haciéndose el último.

Toda la naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco, sirve la flor, sirve la tierra.

Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde haya un esfuerzo que todos rehúyen, hazlo tú; sé tú el que aparte la piedra del camino, el que ponga fin al problema, el que ponga luz donde los demás perdieron la esperanza, el que salpique gozo en los corazones tristes.

Pero, qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho; si no hubiera un rosal que plantar, un niño que peinar, o una misión una empresa que emprender.

Hay alegría de ser santo y la de ser justo, pero hay, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.

No caigas en el error, de que sólo se hacen méritos con los grandes trabajos; hay pequeños servicios: arreglar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.

Aquel es el que critica, éste el que destruye; sé tú el que sirve.

El servir no es una faena de seres inferiores. Dios, que es el Creador y la Luz, sirve. ¡Pudiera llamarse: "el que sirve"!

Y tiene sus ojos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién?
¿Al árbol? ¿A tu hermana? ¿A tu madre?

GABRIELA MISTRAL