La vida es arriesgada, la muerte no tiene riesgos. Mueres, y ya no tenemos problemas ni nos va a matar nadie. Pero si estamos vivos, habrá millones de problemas. Cuanto más viva está una persona, más problemas tiene. Pero esto no es malo, porque pelear con los problemas, luchar con el desafío, es la forma de crecer.
El ego es un muro sutil a nuestro alrededor. No permite que entre nadie dentro de nosotros. Nos sentimos protegidos, seguros, pero esta seguridad es como la muerte. Es la seguridad de la planta dentro de la semilla. La planta tiene miedo de brotar, porque ¿quién sabe?, el mundo es muy peligroso y la planta es tan débil, tan frágil. Detrás del muro de la semilla, escondida en la celda, está protegida.
La vida siempre es lo desconocido. La vida está fuera.
La palabra inglesa “éxtasis” es muy significativa. Significa sobresalir. Éxtasis significa salir, salir de todos los caparazones, de todas las protecciones, de todos los egos y las comodidades, de las paredes de muerte. Estar extático es salir, ser libre, movernos, ser un proceso, ser vulnerable para que puedan atravesarnos los vientos.
Hay una expresión, que a veces decimos: “Fue una experiencia sobresaliente”. Esto es exactamente el significado de éxtasis: sobresaliente.
Cuando se abre una semilla y empieza a manifestarse la luz que estaba escondida detrás, cuando nace un niño y deja atrás el vientre, cuando deja atrás todas las comodidades y las ventajas, cuando entra en un mundo desconocido, hay éxtasis. Cuando un pájaro rompe el cascarón y vuela hacia el cielo, hay éxtasis.
Debemos renunciar a nuestro ego. Tenemos que armarnos de valor y estrellarlo contra el suelo. El ego es el huevo y tenemos que salir fuera. ¡Vivamos en éxtasis! Salgamos de todas las protecciones, los caparazones y las seguridades. Entonces, alcanzaremos un mundo más amplio, más vasto, más infinito. Sólo así estaremos vivos, y viviremos con abundancia.
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