No minimicemos nuestro valor comparándonos con otros. Son esas diferencias las que nos hacen seres especiales.
No pongamos nuestras metas sobre lo que para otras personas es importante, solo nosotros sabemos lo que es mejor para nosotros.
Nunca tomemos en vano las cosas cercanas a nuestro corazón, aferrémonos a ellas como nos aferramos a la vida, pues sin ellas la vida no tiene sentido.
No permitamos que nuestra vida se resbale por nuestros dedos, viviendo en el pasado o viviendo en el futuro. Vivamos nuestra vida un día a la vez y podremos disfrutar todos los días de nuestra vida.
No nos rindamos cuando aun no tenemos algo que ofrecer. Nada es realmente en vano hasta el momento en que nosotros decidimos dejar de intentarlo.
Es un hilo muy frágil lo que nos une a los otros. No tengamos miedo de encontrar riesgos con los que aprendemos a vivir.
No le cerremos la puerta al amor diciendo que es difícil de encontrar.
La manera más rápida de encontrar amor es dando amor. La manera más rápida de perder al amor es aferrándonos muy fuerte a él.
No rechacemos nuestros sueños, sino tengamos esperanza. Si no tenemos esperanza no tenemos un propósito.
No corramos por la vida tan rápido que olvidemos, no solamente donde hemos estado sino hacia dónde vamos.
La vida no es una carrera sino una jornada para ser saboreada en cada paso que damos.
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