He aprendido que debiéramos de estar contentos de que Dios no nos concede todo lo que pedimos.
He aprendido que el dinero no nos da categoría…, son las cosas pequeñas y cotidianas las que hacen la vida tan espectacular.
He aprendido que muy dentro de cada persona hay alguien que desea ser apreciado y amado.
He aprendido que Dios no lo hizo todo en un día. ¿Qué nos hace pensar que nosotros si podemos?
He aprendido que el ignorar las cosas, no las cambia.
He aprendido que cuando queremos desquitarnos de alguien, solo permitimos que ese alguien continúe hiriéndonos.
He aprendido que es el amor y no el tiempo, quien cura las heridas.
He aprendido que la mejor manera que existe de crecer, es rodearnos de personas que sean más listas que nosotros.
He aprendido que nadie es perfecto hasta que nos enamoramos de él (ella).
He aprendido que la vida es dura, pero nosotros somos más duro.
He aprendido que las oportunidades nunca se pierden, las que nosotros desperdiciemos, alguien las encontrará.
He aprendido que si albergamos amargura, la felicidad buscará otro sitio para albergarse.
He aprendido que me hubiera gustado decirle a mi papá que lo amo, una vez más, antes de que muriera.
He aprendido que uno debe mantener sus palabras suaves y tiernas, porque el día de mañana tendrá que comérselas.
He aprendido que una sonrisa es la forma más barata de mejorar nuestra apariencia.
He aprendido que no podemos escoger cómo nos siento, pero sí como actuar al respecto.
He aprendido que cuando un bebé recién nacido nos agarra un dedo con su mano, nos ha agarrado para toda la vida.
He aprendido que todos quieren vivir en la cima de la montaña, pero toda la felicidad y crecimiento ocurren mientras estamos escalándola.
He aprendido que mientras menos tiempo tenemos para trabajar, más cosas hacemos.
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