domingo, 9 de octubre de 2011

EL SECRETO DEL ÉXITO. REEDICIÓN

Muchas personas piensan que ser exitoso se mide por los logros económicos. Yo creo que el éxito no está en lo económico o lograr tener dinero. Particularmente pienso que una persona no es de éxito porque le va bien en los negocios, o porque profesionalmente le va bien, o en su carrera de estudios ha mostrado ser un estudiante de 19 y 20.


A mi manera de ver el asunto del éxito creo que eso es lo que menos importa y lo que menor valor tiene. Sinceramente pienso que lo que es más importante es estar bien plantado, centrado, o como dice el dicho “tener los pies sobre la tierra”, en valorar la familia - el concepto de familia-, los amigos (por supuesto los verdaderos amigos, aquellos que cuando te recuerdan te llaman o te escriben un mensaje por email, o te mandas un mensaje SMS a tu celular y con la nueva tecnología de escriben un PIN, esos amigos que cuando saben que estas mal, en cualquiera que sea la circunstancia, se pone en contacto contigo para saber si se te ofrece algo o simplemente se ponen a tu disposición, aquellos amigos que cuando se encuentran nuevamente contigo después de un prolongado período sin verte, te dan un sincero y caluroso abrazo, esos que cuando te ven les da gusto y una profunda alegría por saber que aun estar entre los vivos. Apreciar las cosas que tienen valor verdadero, no material, no físico necesariamente.

Pienso que a este concepto bien le puedo añadir una reflexión que me regaló mi padre hace ya algún tiempo: “El éxito no tiene que ver con lo que mucha gente se imagina. No se debe a los títulos nobles y académicos que tienes, ni a la sangre (cuna o apellido) heredada o al colegio, escuela o universidad donde cursastes tus estudios. No se debe a cuan grande es tu casa o de cuantos carros estacionas en el estacionamiento de tu casa. No se trata de si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales. No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen ingeniero o tienes un hablar bonito, o si, como a los actores, cantantes y figuras famosa de la farándula, las luces te siguen cuando lo caminas. No es la tecnología que empleas (el último modelo de celular o equipo de sonido o TV pantalla plana). No se debe a la ropa (de marca) que usas, ni a los grabados o bordados que mandas colocar en tu ropa o en la cubertería, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu estatus social o académico. No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo.” Esta fue para mí una gran lección de vida y uno de los mayores tesoros o regalos más valiosos que jamás mi padre me haya dado. Otras de sus sabias palabras fueron “Primero fuiste GENTE antes de ser INGENIERO.”

El éxito por tanto, se debe a cuánta gente te sonríe cuando pasar cerca de ellos, a cuántas personas amas y cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu.

Se trata de si te recuerdan cuando te vas o te mudas por cuestiones de trabajo. Tiene que ver con cuanta gente ayudas, a cuantas evitas dañar y si guardas o no rencor y odio en tu corazón. Se trata de que en tus triunfos y metas estén incluidos tus sueños. De si tus logros no hieren a los que te rodean. Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás.

Es sobre si usaste tu cabeza, tu mente, tus conocimientos, tu sabiduría tanto como tu usaste corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste a la naturaleza y a los niños y te preocupaste de los ancianos.

Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta. No es acerca de cuantos te siguen si no de cuantos realmente te aman, respetan y aprecian. No es acerca de transmitir, si no de cuantos te creen si eres feliz o finges estarlo. Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más.

Puedo decirle de todo corazón y sin que me quede nada por dentro y con la mayor humildad y modestia que SOY UN HOMBRE EXITOSO. ¿LO ERES TÚ?

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