martes, 14 de junio de 2011

¿CLARIDAD O CONFUSIÓN?

“Cuando la confusión encuentra lugar en tu presencia es la mente quien se manifiesta, cuando la claridad encuentra lugar en tu presencia es el corazón quien se manifiesta”


Cuando la duda colma nuestro tiempo y nos llenemos de preguntas olvidemos por completo la idea de que debemos hacer algo. El que hacer es un estado de duda en sí mismo, el origen de la pregunta nos alienta a la duda y la duda nos entierra en la inacción. Cuando creemos que se trata de “algo” estaremos navegando en el mar de la confusión, no se trata de “algo” sino de alguien, no es el ¿qué? lo importante sino el ¿quién? Contamos con una increíble capacidad para formular preguntas y más preguntas y más preguntas. Buscamos continuamente en la razón los justificativos validos para crear más y más duda. Les digo que se trata de nosotros, siempre ha sido así y siempre lo será, solo se trata de nosotros. “Ser eso” es la respuesta a la única pregunta que importa ¿Quiénes somos?, simplemente Ser, que no es lo mismo que “pretender” ser. Cuando lo sabemos finalmente entendemos que hemos buscado en el lugar equivocado, que hemos puesto en potencial cada uno de nuestros momentos y hemos caído en la frustración y el fracaso simplemente por hacer las preguntas equivocadas. Es preciso que entendamos HOY lo que quiero decirles, es preciso que realmente sepamos quienes somos, que comencemos a sentir plenitud y satisfacción hoy mismo, porque no habrá un mañana, no lo habrá. Si pensamos que el mañana llegará nos equivocamos.

El regalo más bello que hemos recibido es la maravillosa oportunidad de manifestarnos en “la presencia”. Esa presencia es aquello que a cada instante, a cada instante, nos recuerda que estamos vivos, que hemos sido beneficiados con el regalo de la vida. Cada día que comienza es una nueva oportunidad para agradecer por ello. Dentro de cada uno de nosotros, como una pequeña e insignificante semilla que contiene el potencial de un gran árbol, está el conocimiento, la Verdad y es allí donde cada pregunta se rinde a los pies de la esencia.

¿Cuánto tiempo hemos perdido haciendo las preguntas equivocadas, cuantos días hemos dejado atrás en busca de lo que llevamos dentro? ¿Cuánto es lo que hemos gastado sin reparar en que ha sido un mal negocio? ¿Cómo es posible que pensemos en que aún tenemos un mañana, como es posible? ¿Acaso creemos que hay otras cosas más importantes que sentir la plenitud a cada instante? ¿No es acaso “instantes” y solo “instantes” los que han conformado nuestra vida? Y si solo se trata de instantes ¿No sería bueno que reconsideráramos nuestra relación con ellos?


Vivimos atrapados en el presente, en el ahora, y esa es la única realidad que cuenta, aunque la desperdiciamos, la derrochamos a más no poder con las nostalgias del pasado y las preocupaciones por el mañana. Si esta es la forma en la que vivimos sugiero que recordemos que “nuestra presencia” no tiene nada que ver con lo que pasó o con lo que vendrá. Nuestra presencia tiene que ver con éste exclusivo, único e irrepetible momento al que le prestamos muy poca atención. No dejemos de manifestarnos en armonía con esos instantes, no dejemos de regalarle nuestra “mejor presencia” a ese eterno tiempo presente pues el único que tenemos. En ese momento reside el Ser, la manifestación de nuestra integridad absoluta en el momento oportuno.

Siempre viviremos en el presente, de hecho siempre hemos vivido en él. Si aún seguimos pensando que lo importante es saber cuáles son las preguntas correctas, les digo que nos equivocamos. No se trata de eso, nunca ha sido así. Solo se trata de las respuestas, no más preguntas. Sé que podemos intentarlo, no requiere de gran esfuerzo, no hay nada que tengamos que hacer, nada. No se trata de hacer, lo he dicho, simplemente Seamos, regalémonos plenamente y sin resistencias aceptando todo lo que llegue a nosotros. Regalémonos plenamente y sin resistencias según dicta nuestro corazón para que cada instante recibamos la bendición de contar con nuestra “mejor presencia”.

Solo el sentir, el saber desde la experiencia plena de la percepción, nos hará vivir desde el corazón. De eso se trata, simple, sencillo y muy claro para el corazón. Complejo, confuso y muy poco probable para la mente. ¿Y tú que ofreces, mente o corazón?

1 comentario:

  1. VIVIMOS ATRAPADOS EN EL PRESENTE, EN EL AQUÍ Y EL AHORA.
    SIN EMBARGO, HEMOS APRENDIDO A VIVIR RECORDANDO EL PASADO, SUFRIENDO O AÑORÁNDOLO Y PLANTEÁNDONOS EXPECTATIVAS ANASTRÓFICAS SOBRE EL FUTURO.
    SABER UTILIZAR Y OFRECER MENTE Y CORAZÓN EN LAS CANTIDADES ADECUADAS A CADA CASO, ES QUIZÁS LA MEJOR OPCIÓN. ODETTE

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