No busquemos la verdad… No podemos buscarla. ¿Cómo vamos a buscarla? Toda búsqueda es de la mente, todas las búsquedas surgen de la mente. La consciencia nunca busca, nunca persigue nada; la consciencia simplemente es. Es ser, no es un deseo.
La búsqueda es un deseo. Hemos buscado la riqueza en el mundo, el poder y el prestigio, y hemos fracasado para encontrarla. Ahora buscamos a Dios y la verdad, pero nosotros somos él mismo. Nada ha cambiado, sólo las palabras. Antes era poder, ahora es “Dios”; pero somos el mismo buscador.
La verdad no se puede buscar. Por el contrario cuando toda búsqueda cesa, es cuando la verdad llama a nuestra puerta; cuando el buscador ya no existe, la verdad nos llega. Cuando dejamos todos los deseos, cuando ya no tenemos ningún motivo para ir a ninguna parte, de repente descubrimos que estamos iluminados.
De pronto encontramos que nosotros mismos somos el templo que buscábamos. De repente llegamos a darnos cuenta de que nosotros somos la verdad. No nos llega ninguna visión; somos el origen de todo, somos la propia realidad.
RECORDEMOS QUE EL MAYOR TESORO ESTÁ DENTRO DE NOSOTROS, ES TU YO, ERES TÚ.
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