lunes, 5 de septiembre de 2011

LA PERSONA FELIZ

Una persona feliz… lo es, sobre todo y principalmente, porque ha decidido serlo. Jamás es feliz el indeciso, el que se intimida, el que no toma la firme determinación de serlo, pues, como bien decía Heinrich Heine (poeta y ensayista romanticista alemán): “No hay hombre más infeliz que aquél para el que la indecisión se ha hecho costumbre”.


La persona feliz aprende a descargarse de preocupaciones inútiles, de culpas paralizantes, de necesidades imperiosas y temores absurdos. 

No se inquieta ni se deprime en los momentos de infortunio, porque sabe que al anochecer siempre le sigue un amanecer radiante y luminoso… 

La persona feliz tiene muy claro que la forma más segura de garantizar la felicidad en el futuro consiste en ser ¡ahora mismo! todo lo feliz que se pueda ser. 

Sabe que la felicidad se conquista, porque es, además de un derecho de toda persona, una obligación y un deber, el primero. 

Lo es en cualquier lugar y circunstancia, porque la felicidad nace del interior, se forma en el interior y se disfruta en el corazón. 

No cesa de sembrar en su mente ideas positivas, reconfortantes y esperanzadoras, y proyecta sobre los demás su propia felicidad. 

GRACIAS A TODOS USTEDES, MIS LECTORES DE DESDE EL TINTERO, POR AYUDARME HA SER FELIZ.

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