domingo, 11 de septiembre de 2011

LA ARMONÍA DEL CUERPO, MENTE Y ALMA

Nuestro cuerpo es energía, al igual que nuestra mente y nuestra alma. ¿Cuál es la diferencia entonces entre los tres? La diferencia es tan sólo de ritmo, es sólo de longitud, eso es todo. El cuerpo tiene un volumen, su energía funciona de una manera visible. 


La mente es un poco más sutil, pero aún así no demasiado, porque podemos cerrar los ojos y ver cómo se mueven los pensamientos; pueden verse. No son tan visibles como el cuerpo, éste es visible para todo el mundo, es públicamente visible. 

Nuestros pensamientos son privadamente visibles. Nadie más puede ver nuestros pensamientos; sólo los podemos ver nosotros, o personas que se han preparado especialmente para verlos. Pero normalmente no son visibles para los demás. 

La tercera, la capa más importante que hay dentro de nosotros es la de la conciencia o alma. Ni siquiera es visible para nosotros. No puede reducirse a un objeto, se queda en sujeto. Si estas tres energías funcionan en armonía nos mantendremos sanos e íntegros. Si no funcionan así y determinan que estás enfermo, falto de salud, ya no eres íntegro. El ser íntegro es ser santo. 

Todo esto es ayudar a que nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra conciencia puedan bailar las tres a un mismo ritmo, al unísono, en total armonía; sin ningún conflicto entre ellas, sino cooperando… 

La conciencia es energía, pura energía; la mente no es tan pura, el cuerpo lo es menos aun. El cuerpo es demasiado mixto, y la mente tampoco es demasiado pura. La conciencia sí que es energía pura. Pero sólo podemos acceder a ella si hacemos de las tres un cosmos, no un caos. La gente vive en perpetuo caos: su cuerpo dice una cosa, quiere ir en una determinada dirección; su mente se olvida completamente del cuerpo porque durante siglos se le ha enseñado que no sea el cuerpo, durante siglos se le ha inculcado que el cuerpo es su enemigo, que debe luchar contra él, que tiene que destruirlo, que el cuerpo es pecado. 

A causa de todas esas ideas tontas como son, dañinas y perniciosas como son, inculcadas durante tanto tiempo que han llegado a formar parte de la mente colectiva, no tenemos la experiencia de sentir nuestro cuerpo en armónica danza contigo mismo. 

De ahí la insistencia en la danza y en la música, porque sólo con la danza sentiremos que nuestro cuerpo, nuestra mente y nosotros estamos funcionando juntos. Cuando funcionamos juntos, el gozo es infinito, la riqueza es extraordinaria. 

La percepción es la forma más alta de energía. Cuando estas tres energías funcionan juntas, llega la cuarta. La cuarta se presenta siempre que las tres funcionan juntas. Cuando estas tres funcionan en una unidad orgánica, la cuarta se presenta; la cuarta no es otra cosa que esa unidad orgánica.

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