Ser sencillo es arduo, porque cuesta todo lo que tienes. Tienes que perderlo todo para ser sencillo. Por eso la gente ha elegido ser compleja y ha olvidado cómo ser sencilla.
Sin embargo, sólo un corazón sencillo vibra con Dios mano a mano. Sólo un corazón sencillo canta con Dios en profunda armonía. Para llegar a este punto tendrás que encontrar tu corazón, tu propia vibración, tu propio latido.
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