Volviendo a los cuentos empolvados de la memoria, me llegó a la mente otra de las grandes enseñanzas impartidas por el Padre Galdo en una de esas tantas excursiones al Cerro Ávila cuando era miembro del Centro Excursionista Loyola, allá por los principios de los años 70’s. No recuerdo bien el tema de conversación de esa noche pero si de la lección que nos impartió, la cual hoy en día valoro como el mismo contenido de la historia y dice así:
Un día bajó el Señor a la Tierra en forma de mendigo, se acercó a la casa de un zapatero y le dijo:
"Hermano, hace tiempo que no como y me siento muy cansado, aunque no tengo ni una sola moneda quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder seguir caminando”.
El zapatero le respondió: “¡Yo soy muy pobre y ya estoy cansado de que todo el mundo venga a pedir y nadie venga a dar!”.
El Señor le contesto: “Yo puedo darte lo que tú quieras”.
“¿Dinero inclusive?”, preguntó el zapatero.
El Señor le respondió: “Yo puedo darte 10 millones de bolívares, pero a cambio de tus piernas”.
“¿Para qué quiero yo 10 millones de bolívares si no voy a poder caminar, bailar, moverme libremente?”, dijo el zapatero.
Entonces el Señor replicó: “Está bien, te podría dar 100 millones de bolívares, a cambio de tus brazos”. El zapatero le contestó:
“¿Para qué quiero yo 100 millones de bolívares si no voy a poder comer solo, trabajar, jugar con mis hijos, abrazar a mi esposa?.
Entonces el Señor le dijo: “En ese caso, yo te puedo dar 1000 millones de bolívares a cambio de tus ojos”.
El zapatero respondió asustado:
“¿Para qué me sirven 1000 millones de bolívares si no voy a poder ver el amanecer, ni a mi familia y mis amigos, ni todas las cosas hermosas que me rodean?”
Entonces el Señor le dijo:
“¡Ah hermano mío!, ya ves qué fortuna tienes y no te das cuenta”.
RECORDEMOS DE NUEVO LA LEY DE DAR Y RECIBIR, SIEMPRE SE CUMPLE. SEAMOS PRIMERAMENTE AGRADECIDOS Y TODO SE NOS DARA POR AÑADIDURA.
Un día bajó el Señor a la Tierra en forma de mendigo, se acercó a la casa de un zapatero y le dijo:
"Hermano, hace tiempo que no como y me siento muy cansado, aunque no tengo ni una sola moneda quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder seguir caminando”.
El zapatero le respondió: “¡Yo soy muy pobre y ya estoy cansado de que todo el mundo venga a pedir y nadie venga a dar!”.
El Señor le contesto: “Yo puedo darte lo que tú quieras”.
“¿Dinero inclusive?”, preguntó el zapatero.
El Señor le respondió: “Yo puedo darte 10 millones de bolívares, pero a cambio de tus piernas”.
“¿Para qué quiero yo 10 millones de bolívares si no voy a poder caminar, bailar, moverme libremente?”, dijo el zapatero.
Entonces el Señor replicó: “Está bien, te podría dar 100 millones de bolívares, a cambio de tus brazos”. El zapatero le contestó:
“¿Para qué quiero yo 100 millones de bolívares si no voy a poder comer solo, trabajar, jugar con mis hijos, abrazar a mi esposa?.
Entonces el Señor le dijo: “En ese caso, yo te puedo dar 1000 millones de bolívares a cambio de tus ojos”.
El zapatero respondió asustado:
“¿Para qué me sirven 1000 millones de bolívares si no voy a poder ver el amanecer, ni a mi familia y mis amigos, ni todas las cosas hermosas que me rodean?”
Entonces el Señor le dijo:
“¡Ah hermano mío!, ya ves qué fortuna tienes y no te das cuenta”.
RECORDEMOS DE NUEVO LA LEY DE DAR Y RECIBIR, SIEMPRE SE CUMPLE. SEAMOS PRIMERAMENTE AGRADECIDOS Y TODO SE NOS DARA POR AÑADIDURA.
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