jueves, 19 de mayo de 2011

ACTITUD DE AMOR. Reedicion

Todos, en mayor o menor grado, creemos que el éxito de una persona, que el reconocimiento humano por todo lo que ha realizado, es lo que nos hará pasar a la eternidad rodeados de un halo de grandeza que perdurará por largo tiempo. Y así, cuánto afán, cuánta lucha por lograr los primeros puestos, por hacer obras materiales perdurables, por llegar a la conquista del poder a costa de cualquier sacrificio, olvidándonos (la mayoría de las veces) de que la grandeza de una persona se mide por su ACTITUD DE AMOR, de entrega, y de servicio al prójimo, que es donde reside Dios, nuestro Señor y Creador.

Se puede ser pobre, ser desconocido para la mayoría de las personas, tener una vida sin destellos y, sin embargo, poseer un ascendiente inigualado sobre millones de personas.

Así lo prueba esta biografía, de autor desconocido, que relata una de esas vidas:

“Nació en una oscura aldea, hijo de una campesina. Se crió en otra pequeña aldea donde trabajó en una carpintería hasta los treinta años. Entonces, por tres años fue un predicador itinerante. Nunca escribió un libro. Nunca tuvo un cargo público. Nunca formó una familia, o fue dueño de una casa. No fue a la Universidad. Nunca visitó una gran ciudad. Nunca viajó más de trescientos kilómetros desde el lugar donde había nacido. No hizo ninguna de las cosas que ordinariamente asociamos con grandeza. No tuvo otra carta de presentación que a si mismo.

Tenía sólo treinta y tres años cuando la marea de la opinión pública se volcó en contra de él. Sus amigos se escaparon. Fue entregado a sus enemigos, se burlaron de él y lo sometieron a juicio. Fue clavado a una cruz entre dos ladrones. Mientras moría sus verdugos sortearon entre si su túnica, su única posesión en esta tierra.

Una vez muerto fue enterrado en una tumba prestada gracias a la compasión de un amigo.”

Han pasado más de veinte siglos y todavía él es la figura central de la mayor parte de la raza humana y el líder del progreso de la humanidad.

Todos los ejércitos qué han marchado, todas las armadas que han navegado, todos los parlamentos que han sesionado, todos los reyes que han reinado, puestos juntos no han afectado la vida del hombre en la tierra tanto como está sola vida solitaria.

LA VALÍA DE TU VIDA NO DEPENDE DE LO QUE POSEAS MAS SIN EMBARGO DE LO QUE HAGAS DE ELLA PARA QUE TU VIDA SEA REALMENTE VALIOSA. DIOS LOS BENDIGA Y LOS COLME DE GRACIAS Y AMOR.

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