jueves, 27 de diciembre de 2012

TRISTEZA DE NAVIDAD...


¿Qué contradictorio, no?



Sí, la Navidad es época de felicidad, de encuentro, de gozo, de paz, de solidaridad, de amor... Pero lamentablemente para muchas personas es así, es tristeza de navidad.

Porque tal vez están solos en sus casas, en una cama de un hospital, en un asilo de ancianos, de guardia en su puesto de trabajo lejos de su familia, o simplemente solos sin familia.

Tal vez para ellos el 24 fue una noche más... noche de acostarse temprano... mirando por la ventana la felicidad de los demás, noche de más bullicio, noche de cornetas de carros que ríen sin cesar... noches que además tienen ese vacío en algún lugar del alma.

A todos ellos les digo rotundamente que ¡¡¡NO!!! ...que NO es así.

Que no debemos permitirnos que sea una noche más.

Debemos atrevernos a encontrar la Navidad dentro de nosotros, sí, en nuestro interior, porque es allí donde está... Muchos podrán decir...

"¿Cómo?, ¿de qué manera? --¡Es imposible!"

Entonces les propongo lo siguiente:

Pongámonos nuestra mejor ropa, mirémonos al espejo porque allí está uno de los invitados de esta noche...

Invitemos ahora al recuerdo más lindo de la infancia, busquemos en ese cajón olvidado el sweater que nos tejió la abuela, aquellas barajitas del álbum con brillantina, la revista de historietas que quedó por ahí...

Luego invitemos al recuerdo de ese amigo imborrable, la foto que nos sacamos juntos, la carta que alguna vez nos escribió, ese regalo que nos hizo, las salidas a los bailes del 24 después de saludar a la familia...

Invitemos también al recuerdo de los familiares que ya no están, aquellos con los cuales compartíamos esas largas mesas navideñas, que a la hora de descorchar las botellas nos tapábamos para que no nos cayera encima el corcho y escuchar el grito de todos... “¡será el próximo en casarse!”...

Y por último, invitemos al “espíritu de la navidad”, ese deseo de paz y amor que todos llevamos dentro, para que cuando lleguen las 12 abracemos fuerte esos recuerdos, demos un beso a la ausencia y como dijo Arjona “realmente no estoy tan solo, ¿quién te dijo que te fuiste, si cargaste con el cuerpo, pero no con el recuerdo?”.

Por ello a quienes esta navidad sienten la soledad, les propongo cargarse de recuerdos, y tal vez si se animan... solo tal vez... escribir sobre ellos...Y desde hoy no se olviden que yo también esteré en su recuerdo con este mensaje y Uds. en el mío... ya somos dos... entonces ya no estamos solos.

¡Feliz Navidad!

miércoles, 26 de diciembre de 2012

QUIERO SER ÁRBOL DE NAVIDAD, SEÑOR


Esta Navidad quiero ser tu Árbol de Navidad, Señor.


Un pino sencillo de los que nacen en las sierras, pero con unas ramas verdes y frescas, alimentado por la sabia de tu vida divina.

Como un reflejo tuyo, mi forma será triangular, signo de la Santísima Trinidad y si una rama sobresale demasiado, hazme sensible para cortarla a tiempo antes de que me deforme demasiado.

Empezaré a limpiar mi tronco y mis ramas, de todo musgo o heno que tenga. Y así poco a poco quitaré todo lo que me estorba; mi egoísmo, mis envidias, mis incomprensiones, mi orgullo, mi soberbia, que como "plaga" crecen sin que yo me dé cuenta.

Como un recuerdo de todas las estrellas que brillaron esa noche bendita en que tú naciste, me llenaré de lucecitas  de colores para reflejar a los demás la alegría de tú venida al mundo.

Escogeré unas esferas doradas, las más brillantes para que representen todas mis ALABANZAS, por el sol que sale cada día, por las estrellas, por los atardeceres tan hermosos, y por todas las maravillas del mundo que tú creaste para nosotros, por ser nuestro Ser Supremo.

Continuaré con muchas esferas rojas, que representan mis PETICIONES. Te pido que hagas de mí un instrumento de Tú AMOR. Te pido por mi familia, mis amigos, mi comunidad, mi parroquia. Por mi Patria para que sea un país donde Tú siempre reines.

Que jamás el desaliento entre en mi corazón. Te pido tu Santo Espíritu y con él, la verdadera SABIDURÍA QUE VIENE DE TI. Dame Señor lo que tú sabes me conviene y yo no sé pedir. Dame mucha paciencia y humildad.

Dame prudencia para nunca herir a nadie y dame caridad para tener un corazón grande que sepa amar.

Pondré también unas esferas azules, para pedirte con ellas PERDÓN porque yo no siempre he sido fiel, porque no he sabido dar ni perdonar, porque viendo "la luz" he preferido "la oscuridad", porque conociendo el bien he optado por "el mal".

Por último, me llenaré de esferas plateadas, muy grandes que serán para darte GRACIAS, por todo lo que he recibido de ti. GRACIAS porque me has otorgado salud, bienestar, alegría y satisfacciones. GRACIAS también por la enfermedad, las penas y los sufrimientos, aunque me cuesta trabajo decírtelo y aceptar tu voluntad. Tú sabes lo que hiciste. GRACIAS Señor por todo aquello que me acercó íntimamente más a ti.

Es tanto lo que tengo que agradecerte.

Y en la punta del arbolito, con una luz muy intensa, pondré una estrella enorme, que me ilumine siempre, esa será mi Fe. Una Fe madura e inquebrantable, siempre en aumento, que se alimentará de tu Sagrada Eucaristía y de tu palabra. Por eso esa luz brillará para todo aquel que se acerque a mí, porque Tú brillas en mí.

Yo quiero ser esta y todas las próximas Navidades, tu pino Señor.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL VALOR DEL AMOR PROPIO


La clave para mantener la identidad y seguir por el buen camino cuando nos enamoramos está en amarse a sí mismo. Al recordar nuestra esencia y seguir así queriéndonos y cuidándonos, nosotros mismos nos ofrecemos la oportunidad ideal para construir una relación auténtica y próspera, alejada del intangible éxtasis del enamoramiento.


Ámense, en primer lugar, a sí mismos. Si se ama de verdad no nos veremos tentado a abandonarnos por otra identidad. Si nos conservamos tal como somos, nos mantendremos centrados.

Si nos sentimos queridos y atendidos en nuestro más profundo ser, las señales serán claras. Si sabemos cómo queremos que nos traten, esto constituirá un apoyo para el camino. Si exigimos respeto, amabilidad, comprensión e integridad, cualquier comportamiento distinto resultará obvio. Si nos aceptamos a nosotros mismo tal como somos, reconoceremos a quien no sea igualmente válido.

sábado, 15 de diciembre de 2012

EL AMOR ES TRABAJAR CON CUIDADO UN JARDÍN


En un momento de mi vida fui a visitar a un sabio consejero y le dije que ya no quería a mi esposa y que pensaba separarme de ella.


El sabio me escuchó, me miró a los ojos y solamente me dijo una palabra:

“Ámala” luego se calló.

“Pero es que ya no siento nada por ella”.

“Ámala”, me repuso el sabio.

Y ante mi desconcierto, después de un oportuno silencio, el sabio consejero agregó:

“Amar es una decisión, no un sentimiento, amar es dedicación y entrega. El amor es un ejercicio de jardinería: arranca lo que hace daño, prepara el terreno, siembra, se paciente, riega y cuida.

Está preparado porque habrá plagas, sequías o exceso de lluvias, mas no por eso abandones tu jardín. Ama a tu pareja… acéptala, valórala, respétala, dale afecto y ternura, admírala y compréndela”.


Este es el secreto de la frase HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

NUESTRAS ALAS


Que sean nuestros pies y no el camino los que nos conduzcan a la verdad, que nuestra palabra sea dócil y segura. Que nuestro camino sea el amor en el que encontraremos nuestra salvación.


Pensemos que no muy lejos del mar crece una flor muy pequeña y sencilla llamada ESPERANZA.

Pensemos que en algún lugar del mundo hay una boca llena de silencio que nos llama.

Pensemos que lo mejor que nos puede pasar es seguir viviendo en el recuerdo por haber sido una buena persona.

Entonces sí seremos ricos, mis queridos amigos. Entonces sí podremos volar con la medida exacta de nuestras alas.

viernes, 23 de noviembre de 2012

DESPEINADOS


¿De qué nos preocupamos? ¿Por qué lloramos? ¿Por qué motivo no nos sentimos libres?


¡Despeinémonos y vivamos felices!

La vida está para vivirla a plenitud, para disfrutarla de corazón. No nos encerremos en nuestros sufrimientos, no vivamos la vida enfocándonos en el dolor y lo negativo. La vida es y será como nosotros la queramos, ¡disfrutémoslo, vivamos con alegría en nuestro corazón!

“Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida nos despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad. Lo rico engorda, lo bonito sale caro, el sol que ilumina nuestro rostro arruga y lo realmente bueno de esta vida, despeina.”

¡No tengamos miedo a despeinarnos!

Reírnos a carcajadas, viajar, volar, correr, meternos en el mar, quitarnos la ropa... todas estas cosas despeinan. Besar a la persona que queremos y jugar, despeina. Cantar hasta que nos quedemos sin aire, despeina. Bailar hasta no tener fuerzas y aliento, nos deja el pelo irreconocible. Así que discúlpenos si nos ven con pelos locos y alborotados.

Sólo queremos ser felices.

Somos todo amor, y necesitamos vivir enamorándonos de la vida, de nosotros mismos y aquellos que están a nuestro lado.

¡Nosotros valemos mucho!

Dentro de nuestra gran capacidad de amar está el de amarnos a nosotros mismos, el de entregar de nosotros mismos para poder amar y ayudar a los demás. Eso es algo que nos hace especiales como personas y algo que nos da un gran valor en los ojos de los demás: tener ojos, amor y bondad para con ellos.

Nada en este mundo merece que nuestros ojos siempre derramen lágrimas… nada amerita que nuestros corazones se llenen de inquietudes, pues desde el fondo de nuestro ser tenemos que sacar esa fortaleza que Dios nos dio desde el instante mismo en que nos creó, para bien de la vida… para que caminemos por el mundo con la frente en alto y sepamos afrontar cualquier situación que nos lastime.

En nuestro interior encontraremos la fortaleza, fuerza, esperanza, vida y amor que necesitamos… No perdamos nunca el camino, fortalezcámonos de amor, paz, cordura y cuando encontremos el equilibrio en nuestro ser sabremos qué hermosa es la vida y encontraremos la verdadera felicidad.

Quienes viven con alegría es porque lo han decidido así, pues nadie está exento de problemas. La diferencia está en que algunas personas deciden dejar que el cabello se les despeine y tomarlo con alegría.

Ahora riamos, bailemos, despeinémonos y dejemos que el viento mueva nuestros cabellos libremente, no vivamos con el dolor llenándonos el corazón, la vida es y será como nosotros la queramos.

jueves, 22 de noviembre de 2012

SUPERARNOS CADA DIA

La vida nos enseña a enfrentar y superar cada día.


Sólo con los años se aprende que nada es lo que parece.

Que siempre volvemos a cometer los mismos errores.

Que volvemos a creer en falsas promesas.

Que siempre habrá quien nos traicionará.

Que lloraremos por malos amigos, críticas maliciosas, malas decisiones y malos amores.

Así es la vida, con sus penas, alegrías y con todas sus injusticias.

Pero nada es completamente malo, pues aún con todo lo sufrido, son experiencias que habremos ganado.

Es gracias a todo lo malo que vivimos que logramos aprender a enfrentar los retos de la vida.

Dentro de cada persona está su luz interior, esa que nos llevará a tomar la vida en la dirección correcta.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

TENER, HACER Y SER



Casi todas las personas creen que si “tiene” alguna cosa (más tiempo, dinero, amor o lo que sea), puede finalmente “hacer” algo (escribir un libro, tener un pasatiempo, ir de vacaciones, comprar una casa, iniciar una relación), lo que le permitirá “ser” algo (feliz, pacífico, contento o estar enamorado).


En realidad, están revirtiendo el paradigma Ser-Hacer-Tener. En el universo como es en realidad (opuesto a como tú piensas que es), “el tener” no produce “ser”, sino todo lo contrario.

Primero eres ese algo llamado “feliz” (o “conocedor” o “sabio” o “compasivo” o cualquier otra cosa), luego empiezas a “hacer” las cosas desde este punto de ser y pronto descubres que lo que estás haciendo termina proporcionándote las cosas que siempre deseaste “tener”.

La manera de poner en movimiento este proceso creativo (y eso es lo que es… el proceso de la creación) es saber lo que deseas “tener”, preguntarte lo que piensas que “serías” si “tuvieras” eso y, enseguida, ir directamente a ser.

De esta manera, inviertes la forma en que has utilizado el paradigma Ser-Hacer-Tener en realidad, lo estableces correctamente y trabajas con la fuerza creativa del universo, en lugar de contra ella.

RECORDEMOS ENTONCES QUE PRIMERO SOMOS (NACEMOS), LUEGO HACEMOS (CRECEMOS, MADURAMOS) Y POR ULTIMO TENEMOS (REPRODUCIMOS, GENERAMOS).

jueves, 8 de noviembre de 2012

MOMENTOS DE NUESTRAS VIDAS



La vida está llena de momentos, unos más agradables que otros, unos más memorables que otros y unos más pasajeros que otros…


Algunos de esos momentos alcanzan la inmortalidad, pues son momentos que han sido grabados en nuestros corazones con el pincel de la incertidumbre, la duda, remordimiento, arrepentimiento, dolor o incluso rebosante felicidad.

Todos los momentos vividos son parte de nuestra vida, están para vivirlos, aceptarlos, recordarlos y olvidarlos.

Hay momentos en la vida que nos marcan para siempre, dejan huellas que nada puede borrar porque han quedan marcadas en nuestros corazones. Momentos imborrables, muchas veces debido a amores que murieron por un error que cometimos, o errores de ellos mismos pero en los que ninguno tuvo la humildad pedir disculpas, errores por los que dejamos atrás aquello que con un poco más de esfuerzo nos pudo haber hecho felices y dar otro rumbo a nuestra vida.

Pero ya es tarde, por eso se llaman “momentos” y si no sabemos guardarlos o cuidarlos se nos van como agua entre los dedos. No tratemos de olvidar o de estar pensando en lo que no hicimos, eso ya pasó, no hay vuelta atrás, sólo queda seguir adelante atesorando todos los bellos momentos que la vida nos regaló, que en su tiempo no lo valoramos.

Conservemos en un lugar de nuestro corazón todo lo vivido, lo que hemos llorado y lo que hemos reído; son momentos que nos acompañarán cuando llegue el otoño a nuestra vida y un día nos sorprenderemos volviendo la vista atrás y sintiéndonos felices por haber amado y sido amados.

Atesoremos los buenos momentos… Aunque aquella relación no prosperó, no permitamos que las sombras de la tristeza borren nuestros momentos, no permitamos que nadie nos borre los recuerdos. Sembramos amor en otra persona y ese es un sentimiento que no todos lo saben dar; si amamos y nos amaron y si no recibimos lo que dimos que tampoco nos importe, hemos sido unas personas privilegiadas, hay que echar las migas de pan en el agua, habrá quien se beneficie con nuestro acto de amor.

Siempre hay que darlo todo, no guardarse nada, aprender de los errores y ser humildes, desgraciadamente esto es algo que aprendemos cuando ya hemos cometidos los fallos, pero nos queda la oportunidad de enseñar a los nuestros la nobleza del perdón y del no guardar rencor a nadie, sólo así lograremos ser felices.

Quizás para nuestra vida ya pasó el tiempo, pero son cosas que podemos enseñarle a nuestros hijos para que nunca pierdan los momentos más bellos de la vida, porque después sólo quedan preguntas que nunca tuvieron respuestas.

Procuremos no retrasar las cosas, olvidar y conservar recuerdos nos dará más alegría y felicidad a nuestra vida, cada día que pasa debemos decir:

¡Hoy es un nuevo día para mí! Haré que cada minuto y cada hora que pase sean especiales, porque de eso se trata la vida, de vivir los momentos, ya sean felices o tristes, hay que vivirlo, porque ningún día es igual a otro…

¡Hoy voy a vivir mis momentos así conservaré en mi corazón la historia de mi vida!

domingo, 4 de noviembre de 2012

DAR VIDA DESPUÉS DE LA VIDA


Llegará un buen día en que en determinado momento un médico comprobará que mi cerebro ha dejado de funcionar y que, definitivamente, mi vida en este mundo ha llegado a su término.


Cuando llegue es momento, no intenten infundirle a mi cuerpo una vida artificial con ayuda de alguna sofisticada máquina, y no digan que me encuentro en mi lecho de muerte. Estaré, más bien, en mi Lecho de Vida, y vean que éste, mi cuerpo, sea retirado para contribuir a que otros seres humanos tengan una mejor vida.

Donen mis ojos al desdichado que jamás haya tenido la dicha de contemplar el amanecer, que no haya observar el rostro de un niño; den mi corazón a alguna persona a quien el propio, sólo le haya valido interminables días de sufrimiento.

Mi sangre dónenla al adolescente rescatado de su automóvil destrozado, a fin de que pueda vivir hasta ver a sus nietos retozando a su lado. Donen mis riñones al enfermo que debe recurrir a una máquina de diálisis para vivir de una semana a otra.

Para que un niño lisiado pueda andar, tomen la totalidad de mis huesos, todos mis músculos, las fibras y nervios de todo mi cuerpo.

Hurguen en todos los rincones de mi cerebro. Si es necesario tomen mis células y hagan que se desarrollen, de modo que algún día un chico sin habla logre gritar con entusiasmo al ver un gol de su equipo de futbol predilecto y que una muchachita sorda pueda oír el repiquetear de la lluvia en los vidrios de la ventana.

Lo que quede de mi cuerpo, entréguenlo al fuego, y lancen las cenizas al viento para contribuir al crecimiento de las flores.

Si algo han de enterrar, que sean mis errores, mis flaquezas, mi mal genio y todos mis prejuicios contra que en alguna oportunidad tuve para con mi prójimo.

Si acaso quisieran recordarme, háganlo con una buena obra y diciendo alguna palabra bondadosa a quien tenga necesidad de ustedes. Si hacen todo esto que les pido, tengan por seguro que viviré eternamente, logrando así tener VIDA DESPUÉS DE LA VIDA.

Anónimo.

jueves, 1 de noviembre de 2012

¿HOY TUVIMOS UN MAL DÍA?


Los hay, desde luego. ¡Y muy frecuentes!


Hay días en los que brilla el sol y la vida sigue como siempre: las cosas no han cambiado, nada urgente nos falta en apariencia y sin embargo... nos sentimos mal, como incompletos, como... insuficientes, como desalentados y extraños.

Ese día en que abrimos los ojos y no sabemos por qué, traemos un desánimo que nos nació en el sueño, que nos brotó en lo alto de la noche y se filtró a nuestra alma gracias a quién sabe que asociaciones oscuras y angustiosas.

Ese día en que nos cuesta trabajo levantarnos. ¡Ayer estaba todo bien! Ese día en que presentimos que nada va a ir como nosotros lo deseamos, ese día que no tiene color, cuyas primeras horas son de laxitud, recelo o ligera zozobra.

Ese día, es un día que nació gris.

Nunca se puede evitar esto. La química de nuestro cuerpo, la inercia de nuestra psique, la reacción desconocida de factores internos a estímulos que no descubrimos todavía, nos quieren pintar este día de gris. Gris opaco. Gris depresivo. Gris pasivo. Gris marginal.

Sin embargo...

Lo que sí podemos hacer, cuanto antes, es tomar nosotros mismos la decisión de activar nuestros propios pinceles y aprovechar ese gris neutro para inundarlo de figuras diversas: ¡Flechas verdes, curvas doradas, zig-zags blancos, puntos azules!

Podemos convertir en unos cuantos segundos o minutos ese panorama triste en un deseo realizable, un canto que te estimule, un silencio que te hable.

No hay días grises... ¡todos son iguales! Quien les da color somos nosotros.

Quienes son capaces de alegrarse con la lluvia o admirar la tempestad, somos nosotros. Quienes se echan a llorar bajo un sol espléndido o un cielo maravilloso, somos nosotros. Porque no son los días los que nos dan color. Somos nosotros quienes podemos pintar como deseemos, cada día.

Si sentimos que comienza todo gris... ¡Decidámonos y llenémoslo de color!
Cerremos los ojos. Respiremos hondo, pensemos claro... ¡Y vivamos como nunca el día de hoy!

¡Los mejores colores de la vida están siempre dentro de nosotros mismos!

Abrir los ojos a otro día, es un regalo que no siempre vamos a tener.


jueves, 25 de octubre de 2012

TESORO INVALUABLE. Reedición



Lo que más anhelamos en la vida no es comida, dinero, éxito, posición, seguridad o sexo; ni siquiera el amor del sexo opuesto. Una y otra vez conseguimos estas cosas y terminamos sintiéndonos insatisfechos, en ocasiones más de lo que estábamos al principio. Lo que más anhelamos es un secreto que se revela sólo cuando estamos dispuestos a descubrir una parte oculta de nuestro ser.


En las antiguas tradiciones sapienciales, este empeño se comparó con la recolección del más invaluable tesoro, una manera poética de expresar que debemos nadar bajo las “aguas superficiales” sumergirnos en nuestro ser y buscar pacientemente es tesoro invaluable.

El Tesoro también recibe el nombre de esencia, hálito de Dios, agua de vida o néctar sagrado, lo que con la trivialidad propia de la era científica llamamos “transformación”. Transformación significa cambio radical de forma, como cuando la oruga se transmuta en mariposa. En el ámbito humano significa convertir temor, agresión, duda, inseguridad, odio y vacío en sus opuestos. ¿Es esto posible?.

Lo indudable es que el anhelo secreto que carcome nuestra alma es totalmente ajeno a cuestiones externas como dinero, posición o seguridad; nuestro ser interior reclama un significado, el final del sufrimiento y respuestas a enigmas como amor, muerte, Dios, alma, bien y mal. Una vida superficial jamás responderá a estas preguntas ni satisfará las necesidades que las suscitan.

La única manera de satisfacer el anhelo más profundo es encontrando nuestras dimensiones ocultas.

ENCUÉNTRENSE A SI MISMOS Y HABRÁN ENCONTRADO EL TESORO MAS PRECIADO E INVALUABLE, TU MISMO, TU YO INTERIOR ES ESE TESORO.

domingo, 21 de octubre de 2012

HUELLAS EN NUESTRO CAMINO



Una noche soñé que veía en los cielos mi vida representada en una serie de escenas que en silencio no me cansaba de contemplar.


Veía dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando mientras con Él andaba como amigos conversando a lo largo de playa.

Miraba atento esas huellas reflejadas en el cielo pero de pronto algo extraño observé y sentí un gran desconsuelo. Observé que algunas veces, en ciertos instantes del camino en vez de ver los dos pares, veía sólo un par de ellas.

Y observaba también yo que aquel único par de huellas sucedían mayormente en mis noches sin estrellas, en mis momentos más difíciles. En las horas de mi vida llenas de angustia y tristeza cuando el alma necesita más consuelo y fortaleza.

Entonces le pregunte triste: “¿Señor, Tú me has prometido que en mis horas de aflicción siempre andarías conmigo…? Sin embargo, noto con tristeza que en medio de mis querellas cuando más siento el sufrir veo sólo un par de huellas en la arena de la playa de mi vida. ¿Dónde están las otras dos que indican Tu compañía cuando la tormenta azota sin piedad la vida mía?

Y, entonces Él me contestó: con ternura y comprensión; "Escucha bien, hijo mío, comprendo tu confusión. Siempre te amé y te amaré, y en tus horas de dolor siempre a tu lado estaré para mostrarte Mi Amor. Mas si ves sólo un par de huellas en la arena al caminar, y no ves las otras dos que se debieran notar, es que en tu hora afligida, cuando flaquean tus pasos, no hay huellas de tus pisadas porque te llevo en Mis brazos".

Anónimo.

domingo, 14 de octubre de 2012

NADA ES CASUALIDAD, TODO ES CAUSALIDAD


”Sucesos inesperados, imprevistos, circunstancias que no se pueden prever con anterioridad, acontecimientos que se suceden sin haber sido planeados, azar, eventualidades, coincidencias o situaciones que van más allá de nuestra comprensión”. Frases como estas son las que encontramos en los diccionarios para definir la CASUALIDAD.

La vida del ser humano está llena de incógnitas desde el nacimiento hasta la muerte; todo lo que le ocurre a uno mientras vive ¿por qué ocurre?

Las personas llegan a nuestras vidas por una razón, una temporada o para toda la vida.

Cuando una persona llega a nuestras vidas por una razón, es para cumplir con algún deseo o necesidad que nosotros tengamos o hayamos expresado. Llegan para ayudarnos a atravesar una dificultad, para hacer de guía y soporte, ya sea físico, mental o espiritual.


Pareciera ser alguien que envió Dios, y ¡lo es! Es por esa razón que nosotros lo necesitábamos y llega. Después, sin que nada malo suceda o sin que ocurra ningún inconveniente específico, esta persona hace o dice algo para que la relación no continúe y se rompa. A veces se muere. A veces se aleja, y a veces hace algo para que tú te alejes.

Lo que debemos entender es que nuestra necesidad fue satisfecha, nuestro deseo se cumplió, su trabajo está hecho. La súplica que pedimos fue escuchada y cumplida, y ahora es tiempo de seguir adelante.

Cuando una persona llega a nuestra vida por una temporada, es para compartir, crecer y aprender. Esa persona puede traernos un período de paz, o simplemente hacernos divertir. ¡Créelo! ¡Es Verdad! Pero esto es sólo por una temporada.

Las relaciones para toda la vida enseñan lecciones de vida. Cosas que debemos establecer para crecer con una sólida base emocional. Nuestro trabajo es aceptar la lección, querer a esa persona, y usar eso que aprendimos en todas las amistades y ámbitos de la vida.

Una misma persona puede ser una razón, una temporada o toda la vida, depende de quién sea la persona a la cual se acerque.

Aceptemos lo que nos brinda, siempre nos dejará algo, un recuerdo, un momento alegre o quizás logrará ese cambio que tanto hemos esperado para ver la vida de otros colores, con otros cristales. Recordemos el dicho “Todo depende del cristal con que se mira”.

lunes, 8 de octubre de 2012

SERENIDAD PARA ACEPTAR LA DERROTA, CONVIÉRTELA EN TRIUNFO

La vida se compone de momentos de todo tipo. En los momentos de alegría podemos llegar a confiarnos en exceso ante la buena fortuna. Sin embargo, en los momentos de tristeza podemos llegar a rozar incluso la desesperación al pensar y sentir que el sol nunca volverá a brillar en el horizonte. El tiempo además en un momento de bonanza se hace efímero, en cambio por el contrario, en una situación de sufrimiento se hace eterno. Esta perspectiva del tiempo cambia en función de la subjetividad y también, dependiendo de los sentimientos del sujeto.



Como seres humanos debemos aprender a aceptar aquellos acontecimientos que van en contra de nuestra voluntad o nuestros deseos, de lo contrario, si la rabia interior perdura eternamente entonces, se produce la frustración y la falta de confianza en nosotros mismo. Evitar la autocompasión no siempre es fácil por ello, es esencial cultivar la autoestima para aceptar la derrota con serenidad y aprender de cada error un mensaje positivo puesto que la vida es un aprendizaje constante, es caer y levantarse.

¿Sufrimos por un acontecimiento pasado que no estaba dentro de tus expectativas? Entonces, es mejor que aprendamos a pensar que el pasado sólo es la huella del camino andado pero la realidad de nosotros mismos es el presente que se dibuja en forma de aquí y ahora. Es así como podemos entender que SI HAY UN CAMINO.

Como ser humano, tenemos una tendencia excesiva al apego no sólo material sino también emocional. Nos cuesta deshacernos de ciertos recuerdos, de algunos dolores, e incluso, nos cuesta despedirnos a nivel interior de ciertas personas. Decir adiós no es fácil pero a veces, es necesario dejar atrás ciertos recuerdos para poder volar de nuevo con independencia emocional, autonomía y equilibrio interior. No hagamos de las derrotas del pasado nuestro alimento del futuro.


Aceptar la derrota con serenidad es tan esencial como aprender a disfrutar del éxito y del triunfo vital que aporta un sabor dulce a la vida. Aprender a vivir en paz con nosotros mismos es la mejor forma de cuidar el bienestar interior y ademas nuestra salud.

miércoles, 3 de octubre de 2012

LA ALEGRÍA DE SERVIR



La Naturaleza y sus criaturas, todas fueron creadas para gozar, precisamente desde la vivencia del Servir. Servir es alcanzar la máxima cota de anonadación, de hacerse el último por amor a todas las mujeres y hombres de todos los tiempos. El servicio tiene su arranque en el Evangelio, en Jesús de Nazaret, que sirvió al dolorido, al loco, al tullido, a la adúltera… El servir era la razón profunda de su vida, y a ella optó desde el silencio y desde su Palabra: "No he venido a ser servido sino a servir" Mc 10, 43-45.


Está basado en la grandiosidad de la Naturaleza. En ella todo es un anhelo de servicio. Sirven la nube, el viento, el surco, la flor, la tierra. Cada miembro está llamado a sembrar lo que hubiere de ser sembrado y ejecutar los esfuerzos que otros rehúyen. A allanar los caminos y poner fin a los problemas. A hacer crecer la Fe y la Esperanza donde los demás la perdieron y a salpicar la nota alegre en los corazones tristes.

El Servicio que tiene límites, ya no es servicio, puesto que éste es el manifiesto externo del Amor. SERVICIO, como Él sirvió, haciéndose el último.

Toda la naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco, sirve la flor, sirve la tierra.

Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde haya un esfuerzo que todos rehúyen, hazlo tú; sé tú el que aparte la piedra del camino, el que ponga fin al problema, el que ponga luz donde los demás perdieron la esperanza, el que salpique gozo en los corazones tristes.

Pero, qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho; si no hubiera un rosal que plantar, un niño que peinar, o una misión una empresa que emprender.

Hay alegría de ser santo y la de ser justo, pero hay, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.

No caigas en el error, de que sólo se hacen méritos con los grandes trabajos; hay pequeños servicios: arreglar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.

Aquel es el que critica, éste el que destruye; sé tú el que sirve.

El servir no es una faena de seres inferiores. Dios, que es el Creador y la Luz, sirve. ¡Pudiera llamarse: "el que sirve"!

Y tiene sus ojos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién?
¿Al árbol? ¿A tu hermana? ¿A tu madre?

GABRIELA MISTRAL

viernes, 28 de septiembre de 2012

LOS VERDADEROS OJOS



¡Qué diferente sería nuestro mundo si miráramos con los ojos del corazón! 


Si así lo hiciéramos, nos daríamos cuenta de las cosas que suceden a nuestro alrededor y que normalmente no vemos, quizás nuestros rencores del pasado serían suavizados por nuestra forma de ser, y todo lo veríamos desde otra perspectiva, con mucho más bondad, incluso para quien tanto daño nos hizo en el pasado.

Si miráramos con los ojos del corazón, quizás aún estaríamos bien con aquellas personas que dijeron ser amigos y que nos falló, o estaríamos mejor en la relación con nuestras familias. ¡Quizás incluso estaríamos dispuestos a conceder segundas oportunidades!

Muchas veces vamos por la calle creyendo ver, pero realmente no vemos nada, sólo vemos lo que está frente a nosotros. Caminamos sin percatarnos de nadie, salvo que nos tropecemos accidentalmente con una persona. No acostumbramos a mirar y observar a la gente, a no ser que sea para echar una miradita a ver qué llevan puesto. Eso es mirar con los ojos, porque cuando tus ojos se posan sobre el niño que mendiga o el anciano que no puede cruzar la calle solo, y le ayudas, estás mirando con los ojos del corazón.

Si nos detuviéramos unos minutos en el diario trajín de nuestra vida, quizás hasta seríamos más felices, los malos recuerdos no nos dolerían tanto y los rencores que mantenemos se nos apocarían porque nuestra luz interior sería mucho más resplandeciente que el oscuro resentimiento, ese que debe estar lejos de nuestra vida, que no nos hace nada bien y que contamina el maravilloso mundo que tenemos ante nuestros ojos.

Al pensar en nuestro sufrimiento y en lo que cuesta levantarnos de una decepción, siempre estamos pensando en nosotros mismos. Nos sumergimos tanto en nuestras propias penas y tristezas que creemos que nadie sufre más que nosotros.

Y no es así, hay personas que no tienen nada, hombres que se fueron dejando abandonada a una mujer con sus hijos y viceversa. También están aquellas personas que no saben lo que es el descanso, que no saben estar enfermos porque eso es un lujo que no se puede permitir y que aun así dan gracias por tener lo poco o nada que tienen.

Personas que saben acariciar a sus hijos con amor y abnegación, quizás no vistan con la ropa de última moda y desconocen lo que es vivir en cama caliente cuando el frío azota el cuerpo.

También está el niño que mendiga unas monedas, y cuando se las damos nos devuelve una hermosa sonrisa, eso es porque nos miró con su corazón; no vio lo que llevábamos, sólo vio nuestra bondad y generosidad. A su vez, nos sentimos muy bien. Eso es mirar con ojos verdaderos, las cosas más sencillas del mundo son las que más alegrías aportarán a nuestra vida.

Nunca es tarde para aprender a volver empezar, para hacer las cosas de otro modo al que lo hicimos hasta ahora; tampoco es tarde para comprender que aún nos podemos mirar al espejo y sonreír por despertar sanos y contentos; no es demasiado tarde para comprender que todo lo podemos superar, que por muy grande que sea la tristeza de nuestro corazón, somos plenamente capaces de revertir las situaciones que nos son adversas.

Cada año y cada mes de nuestras vidas, siempre habrá pérdidas y ganancias de toda índole.
Sepamos enfrentar todo sin rencor, sin rabia, aprender el lenguaje secreto de nuestro corazón,
ese que nos dice como son las cosas, ese que presiente, que siente y vive dentro de nosotros.

Depende de cada quien, de si queremos mirar la vida con ojos de la indiferencia, o con ojos llenos de bondad. De cada uno de nosotros depende cambiar el rumbo a nuestras vidas y a los que nos rodean. Sólo nosotros podemos cambiar nuestra propia vida, y podemos hacerlo para beneficio de otras vidas.
La triste realidad es que por nuestra indiferencia, por no querer cambiar, nuestros rencores viven eternamente en nuestro interior, trayéndonos lo malo, la envidia, el desear lo que otros tienen, los pensamientos negativos, que muy pronto cambiarían…¡Si tan sólo por un minuto, miráramos con los ojos del corazón!

No seamos indiferentes ante la vida, ante la pobreza y la desolación de nuestros amigos o familias… No nos envenenemos con malos pensamientos.

Si caminamos por la vida y en nuestra tristeza miráramos la vida con indiferencia absoluta, detengámonos y pensemos cómo sería nuestra vida si en nuestras manos estuviera el poder cambiar el mundo. No se puede, ¿verdad?

Pero si aportamos un granito de amor hacia todas las personas, este mundo no sería lo que es, seríamos diferentes, entenderíamos que no lo podemos cambiar pero que sí podemos cambiar nuestra propia vida, hacer bien las cosas sin la indiferencia de la persona a la que nada le importa.

Cada día al despertar, por más dolor que la vida nos de, devolvamos una sonrisa y acariciemos a nuestro corazón que nos hace la gran persona que somos.

lunes, 24 de septiembre de 2012

¿TRISTE O ALEGRE? TU DECIDES.



A veces la vida es dura, pero si la sentimos cruel quizás deberíamos mirar un poco a nuestro interior. Tenemos sobrada capacidad para ser fuertes, reponernos y decidir ser felices a pesar de todo.


Yo he decido ser feliz, tú también puedes hacerlo.

Pensemos que lo único que nadie nos puede quitar es la libertad de nuestros pensamientos y sentimientos. Nos pueden controlar todo, menos nuestra manera de pensar o de ver las cosas.

Eso es algo que sólo nos pertenece a nosotros.

En nosotros está el poder elegir como queremos estar.

Es necesario enfrentarse a los miedos, con una realidad que muchas veces no tiene nada de bonito, pero al hacerlo eso nos ayuda a definir cual será la respuesta que demos antes la situación.

Sólo nosotros sabemos cual será la respuesta a todos nuestros miedos. Pero hay algo que está a nuestro favor: que todo depende de nosotros, nosotros sabes como resolver la situación, sólo nosotros.

En la vida se pasa por muchas situaciones de dolor, de buenas y malas experiencias, ausencias de los que amamos y que hoy ya no están a nuestro lado. Muchas son las lágrimas que se derramaron o que aún brotan. Humillaciones y sufrimientos habremos pasado por la vida, pero a pesar de todo lo negro que se vea el panorama, la decisión es nuestra, podemos cambiar nuestro entorno y pintarlo con los colores que deseemos.

Nosotros decidimos, la elección es nuestra.

Si sólo vemos un mundo frío y gris, es porque nosotros queremos que sea así.

Cambiar depende de ti, nadie puede vivir la vida por ti -tenemos libertad de pensamiento, libertad para hacer o dejar lo que nos viene mal.

Es nuestro tiempo, es nuestro mundo, no vivamos una vida que no queremos, decidamos. No caigamos en los errores de aquellas personas que nunca nada cambian, puede que algunas cosas en la vida nunca cambien, pero nosotros podemos hacerlo, podemos si queremos.

Si por alguna razón estamos viviendo alguna pena, tristeza o frustración, ¡nosotros podemos decidir cómo reaccionar ante eso que nos ocurre!

Si queremos, hoy mismo podemos sentir celos, ira, hostilidad, miedo, culpa, preocupación, vergüenza o resentimiento. Todo esto lo podemos sentir si así lo decidimos. O también podemos sentir tranquilidad, esperanza, fe, amor, alegría y otros tantos sentimientos que nos den estabilidad cuando decidamos pensar en forma optimista y positiva.

Démonos cuenta de que lo que nos sucede no es lo que nos afecta: es el cómo reaccionamos ante esas situaciones.

Durante los próximos días tengamos esto en nuestra mente, y repitámonos ante el espejo que sólo depende de nosotros decidir cómo sentirnos, porque cuando tenemos la capacidad de elegir, también podemos enfrentar nuestros problemas. Dentro de nosotros están las soluciones.

Decidamos ser felices, nos lo merecemos, no dejemos que nadie nos robe nuestros sueños y felicidad. Sólo nosotros puedes escoger como será nuestra vida. Nos pueden ayudar, pero nosotros dirigimos nuestra propia vida.

La felicidad está dentro de nosotros. Tenemos capacidad de elegir. Alguien como nosotros es capaz de esto y mucho más...

SEAMOS FELICES.

lunes, 17 de septiembre de 2012

LA LIBERTAD DEL AMOR


El amor sólo se entrega libremente.


Cuando amamos deseamos que la persona a quien amamos siempre esté a nuestro lado y nunca nos deje.

Deseamos retenerla siempre a nuestro lado.

A veces, ese deseo de retener a la persona que amamos va demasiado lejos y actuamos posesivamente, como si el amor implicase esclavitud.

Podemos atrapar un amor, pero el amor sólo es verdadero cuando se entrega libremente.

viernes, 14 de septiembre de 2012

LA MOCHILA DE NUESTRA VIDA



A lo largo de nuestras vidas vamos acumulando muchas cosas, penas, alegrías, tristezas, nostalgias y amores que un día fueron todo en nuestra vida y hoy por las razones que sean han quedado en sólo eso: recuerdos.


Esas cargas, o mejor prefiero llamarlas mochilas, con las que vamos cargando todos los días hacen que todo pese más de lo debido, por lo que convendría descargarnos de muchas de esas frustraciones y desamores para que caminemos por la vida sin tanto peso.

¿Por qué nos cuesta tanto desprendernos de esos sentimientos que sólo nos hacen daño? ¿Por qué no tiramos todas esas cosas que no nos sirven por mucho que las añoremos? Debemos soltar, aprender a no cargar con tantas tristezas sobre los hombros, al final te queda el cuerpo cansado, tu vida aniquilada, sin fuerzas.

A veces vamos por la vida mirando hacia atrás, pensando en lo que pudimos hacer y no se hizo, en sueños abandonados, ilusiones, trabajos y amores que quedaron atrás. Pero por mucho que duela, esas cosas que quedaron atrás están en su lugar correcto, el pasado. Hay que dejar esas cosas atrás, en el pasado, dejarlos ahí. No es saludable vivir con tantos recuerdos, con tantas amarguras. No quiero decir que las olvidemos, que no recordemos, sino que nos deslastremos de aquellas cargas que no nos dejan avanzar.

Si alguna vez amamos y nos amaron pero la relación sólo quedó en un hermoso o triste recuerdo, debemos seguir, volver a reinventarnos de nuevo, volver a tener sueños y esperanzas.

La vida siempre nos traerá muchas cosas con las que iremos llenando la mochila a lo largo de nuestras vidas. Pero esa mochila es nuestra, es nuestra vida, y de nosotros depende cuanto pese la mochila con la que cargamos. Nosotros somos quienes decidimos qué se mete, qué permanece dentro, y qué cosas, recuerdos y sentimientos ya no tienen lugar en nuestra mochila. No es bueno ir llorando la tristeza de sueños rotos, de metas que no se lograron; al contrario trata de sacar y dejar que el viento se lleve esos dolores que nos hace pedazos el corazón.

Algunas pertenencias son muy pesadas y no debiéramos seguir manteniéndolas en la mochila de nuestra vida. Tal vez un día nos dimos cuenta de que todo cuanto teníamos no era verdad, que el amor que soñamos no era tal, o hemos tenido sueños que se han visto truncados por situaciones que no hemos podido solucionar…

Tengamos valentía, levantémonos y plantemos cara a la vida, desprendámonos de todo lo que está allí, de esas cosas que verdaderamente pesan, cosas que pesan porque cuando las miramos nos hacen mal. Lanza al aire esos sentimientos atrapados en tu mochila.

No suframos por quien no supo amarnos, no demos más de nosotros de lo que ya dimos. Si acabamos sintiendo un vacío, no importa, siempre habrá posibilidades de volver a empezar una mejor vida. Dejemos en la oscuridad todo aquello que no nos deja ver el sol, respiremos y soltemos esos malos recuerdos, liberemos nuestra alma, dejemos que nuestro corazón vuelva a estar contento, démosle una oportunidad a la vida de volver a conocer el amor, de volver a ver el mundo con buenos ojos. No importa por lo que hemos pasado, siempre hay razones para volver a sonreír, siempre habrá un mañana para volver a recomenzar.

Liberémonos de esa mochila que nos pesa tanto y no nos deja caminar.

Podemos ser felices, lo vamos a lograr, tengamos buena actitud y un día nos veremos caminando ligera y abierta a las ventanas de una nueva vida.

Un amor no nos puede disminuir, mas bien nos debe fortalecer, recordemos que cada vez que no nos aman no somos nosotros quienes perdemos, al contrario, ellos pierden y nosotros ganamos.