Aceptar el desafío de lo desconocido, a pesar de todos los miedos, es valentía. Los miedos están ahí pero, si seguimos aceptando el reto, poco a poco, esos miedos irán desapareciendo. La experiencia de felicidad que nos produce lo desconocido, el gran éxtasis que empieza a suceder con lo desconocido, nos vuelve más fuertes, nos da integridad, agudiza nuestra inteligencia. Por primera vez, empezamos a sentir que la vida no es sólo aburrimiento, sino aventura. Después, poco a poco irán desapareciendo los miedos y siempre estaremos buscando alguna aventura.
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