domingo, 19 de febrero de 2012

LA ESCASEZ DE AGUA. LIQUIDO VITAL


La sequía provoca efectos devastadores en los países que las sufren. Actualmente, muchos países tienen menos agua de la que necesitan. A principios del siglo XXI, una tercera parte de las naciones sufren de escasez de agua de modo permanente. La primavera es cada vez más pobre como consecuencia de la tala de los bosques y el cambio climático. Los lagos y acuíferos subterráneos, que datan de tiempos prehistóricos, se están agotando con rapidez.

El ser humano considera al suelo, que normalmente llama tierra, como algo muerto, donde puede colocar, acumular o tirar cualquier producto sólido o liquido que ya no le es de utilidad o que sabe que es tóxico. La humanidad obtiene la mayor cantidad de agua de los ríos, pero casi todos se encuentran inservibles a causa de la contaminación. El agua de mar desalinizada es una fuente potencial, aunque el costo del proceso es diez veces mayor que el de tratar el agua dulce.

La inercia política agrava la crisis del agua. La crisis mundial del agua cobrará en los próximos años proporciones sin precedentes y aumentará la creciente penuria por falta de agua en las personas que habitan en muchos países subdesarrollados o tercer mundistas. Los recursos hídricos disminuirán continuamente a causa del crecimiento de la población, de la contaminación y del cambio climático o calentamiento global.

De todas las crisis sociales y naturales que debemos afrontar los seres humanos, la de los recursos hídricos es la que más afecta a nuestra propia supervivencia y a la del planeta llamado Tierra. Ninguna región del mundo podrá evitar las repercusiones de esta crisis que afecta a todos los aspectos de vida, desde la salud de los niños hasta la alimentación de los seres humanos. Los abastecimientos de agua disminuyen, mientras que la demanda crece a un ritmo vertiginoso, pasmoso e insostenible. Se prevé que en los próximos veinte años el promedio mundial de abastecimiento de agua por habitante disminuirá en un tercio.

La falta de consciencia ecologista sobre la magnitud del problema, la inercia de los dirigentes políticos y, las actitudes y conductas inapropiadas explican el deterioro progresivo de la situación y la razón de por qué no se adoptan las medidas que se necesitan con la urgencia que se requiere..

A mediados del presente siglo miles de millones de personas sufrirán de escasez de agua en todo el mundo. Se calcula que un 20% del incremento de la escasez mundial de agua obedecerá al cambio climático. En las zonas húmedas es probable que las precipitaciones lluviosas aumenten, mientras que en muchas zonas propensas a la sequía, e incluso en algunas regiones tropicales y subtropicales, disminuirán y serán más irregulares. La calidad del agua empeorará con la elevación de su temperatura y el aumento de los índices de contaminación. Ya en los últimos años se ha evidenciado una importante disminución en su calidad. Y los más afectados siguen siendo los pobres países tercer mundistas y en vías de desarrollo, ya que el 50% de la población de los países subdesarrollados está expuesta al peligro que representan las fuentes de agua contaminadas.

Otros problemas muy importantes que se plantean son los de la calidad y la buena administración y manejo del agua. En el mundo hay más de 2,2 millones de personas que mueren cada año debido a enfermedades causadas por el agua (potable) contaminada y un saneamiento y tratamiento deficiente. Una gran proporción de esas muertes se debe a las enfermedades ocasionadas por el agua mal tratada. Aproximadamente, un millón de personas muere de malaria cada año y más de 200 millones se ven aquejados de esquistosomiasis, una dolencia conocida también con el nombre de bilharziasis. Todas estas terribles desgracias, así como los sufrimientos y pérdidas que entrañan, se pueden evitar.

Actualmente la industria utiliza el 22% del agua consumida en el mundo. En los países desarrollados (ricos) ese porcentaje asciende a un 59%, mientras que en los países subdesarrollados (pobres) sólo llega a un 8%. Para el año 2025 esa proporción alcanzará un 24%. Se calcula que para ese entonces se gastarán 1.170 km³ de agua anual para usos industriales.

También existe el riesgo de privatizar la producción de agua potable, su distribución, manejo y fijación del precio. En esta situación son siempre las personas de escasos recursos (pobres) quienes más padecen, pues tienen menos acceso al abastecimiento de agua y deben pagar proporcionalmente más por él.


Cuando faltan las infraestructuras y los servicios, las áreas urbanas que carecen de instalaciones para el suministro y el saneamiento de aguas constituyen uno de los entornos más peligrosos para la vida humana. Muy pocas viviendas en esta Tierra tienen desagües que vayan a parar al alcantarillado (sistemas cloacales). La población pobre que vive esa situación en las ciudades es la primera víctima de las afecciones causadas por la falta de saneamientos, las inundaciones e, incluso, por las enfermedades causadas por el agua como la malaria, que se ha convertido en una de las principales causas de enfermedad y muerte en muchas áreas urbanas. Por otro lado, a medida que la demanda de agua aumenta, proliferan también los rumores sobre las guerras que pueden avecinarse debido a la falta de los recursos hídricos (LA GUERRA DEL AGUA).. 

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