jueves, 28 de marzo de 2013
MUJER, ALMA PURA
Nada más contradictorio que ser mujer…
Mujer que piensa con el corazón, actúa por la emoción y vence por el amor…
Que vive un millón de emociones en un solo día, y transmite cada una de ellas con una sola mirada…
Que vive buscando la perfección y vive tratando de buscar disculpas para los errores de aquellos a quienes ama…
Que hospeda en el vientre otras almas, da a luz y después queda ciega, delante de la belleza de los hijos que engendró…
Que da las alas y enseña a volar pero no quiere ver partir a los pájaros, aun sabiendo que no le pertenecen…
Que se arregla toda y perfuma la cama, aunque su amor no perciba más esos detalles…
Que como una hechicera transforma en luz y sonrisa los dolores que siente en el alma, sólo para que nadie lo note…
Y aún tiene fuerzas, para dar consuelo a quien se acerca a llorar sobre su hombro…
¡¡¡Feliz el hombre que, tan sólo por un día, sepa entender el alma de la mujer!!!
martes, 26 de marzo de 2013
LA PALABRA ES NUESTRA JOYA MAS PRECIADA
Algunas personas son superficiales al contraer sus compromisos, sin tomar en cuenta con que confianza lo toman las demás personas: “Te llamaré mañana”, “Nos vemos la semana próxima”. La mayoría de la gente quiere creer que esos compromisos “casuales” no cuentan para aquellas a quienes se lo dicen. Pero eso no es cierto. Siempre que damos nuestra palabra, ella en si misma cuenta. Pero la mayoría la dan (su palabra) con demasiada frecuencia. Nuestra palabra es un bien precioso y debería ser considerada como tal.
Imaginemos que los compromisos verbales son como joyas preciosas. Cuando nos comprometemos, los otros poseen la joya. Si respetamos el compromiso, ésta vuelve a su dueño. Si no mantenemos la palabra, la joya desaparece para siempre. También es así si
formulamos el compromiso con nosotros mismos.
Si sostenemos esta imagen de la joya cada vez que damos nuestra palabra, seremos más cuidadosos y diría además cautelosos.
Esta imagen de la palabra como joya no es una metáfora, es una verdadera realidad. Nuestra palabra es una joya preciosa: cada vez que la damos, nos arriesgamos a perderla. No corramos ese riesgo.
Bien lo dijo Napoleón Bonaparte en una oportunidad "La mejor forma de cumplir con la palabra empeñada es no darla jamás."
domingo, 24 de marzo de 2013
LOS NIETOS NO ESPERAN
Hay
un tiempo para anticipar la llegada de un bebé. Un tiempo para soñar lo que
será este niño cuando crezca.
Un
tiempo para preparar mi alma, para alimentar la suya, pues muy pronto llegará
el día en que nacerá.
Porque
los nietos no esperan.
Hay
un tiempo para alimentarlo durante la noche, para cólicos y teteros.
Hay
un tiempo para mecerlo y un tiempo para enseñarle a caminar.
Un
tiempo para mostrarle que su nuevo mundo es un mundo de amor y de bondad y que
él es un ser creado a imagen de Dios.
Porque
los nietos no esperan.
Hay
un tiempo para tenerlo entre mis brazos y contarle la historia más hermosa que
jamás haya oído. Un tiempo para enseñarle a maravillarse y a sentir asombro.
Hay
un tiempo para llevarlo al parque a columpiarse, de correr con él una carrera,
hacerle un dibujo.
Porque
los nietos no esperan
Hay
un tiempo para cantar en vez de renegar, sonreír en vez de fruncir el ceño,
para compartir con él mi amor por la vida.
Hay
un tiempo para contestar a todas sus preguntas, porque quizás vendrá el momento
en que no querrá escuchar mis respuestas.
Porque los
nietos no esperan.
Hay un
tiempo para verlo partir valientemente a la escuela.
Hay un
tiempo para enseñarle a ser independiente, a tener responsabilidad, para
disciplinarlo con amor, porque pronto llegará el momento de soltar los lazos
que lo sujetan a mi lado.
Porque los
nietos no esperan.
Hay un
tiempo para atesorar cada instante fugaz de su niñez, para inspirarlo y
prepararlo.
No voy a
cambiar este derecho natural por ese “plato de lentejas” llamado posición
social o reputación profesional o por un cheque de sueldo.
Porque los
nietos no esperan.
Llegará el
momento en que ya no habrá más puertas que golpean, ni juguetes, ni peleas
entre ellos, ni marcas en las paredes; entonces podré mirar atrás con gozo y
saber que estos años de ser abuelos no se desperdiciaron. Sólo pido sabiduría
para saber que hoy es el día de mis nietos.
lunes, 18 de marzo de 2013
GOCEMOS DE LA VIDA
Las
realidades más grandes y más bellas, tanto más las tendremos cuanto menos las
poseamos y retengamos.
Si
queremos tener el mar, contemplémoslo, y abramos nuestras manos en sus aguas y
todo el mar estará en ellas; porque si cerramos nuestras manos para retenerlo, se quedarán vacías.
Si
queremos tener un amigo peregrino, dejémoslo marchar y lo tendremos; porque si
lo retenemos para poseerlo, lo estaremos perdiendo, y tendremos un prisionero.
Si
queremos tener el viento, extendamos nuestros brazos y abramos nuestras manos y
todo el viento será nuestro; porque si queremos retenerlo nos quedaremos sin
nada.
Si
queremos tener a nuestros hijo; dejémoslo crecer, dejémoslo partir, y que se
aleje, y lo tendremos maduro; porque si lo retenemos poseído lo perdemos para
siempre.
Si
queremos tener el sol y gozar de su luz maravillosa abramos los ojos y contemplemos;
porque si los cerramos para retener la luz que ya alcanzamos, te quedemos a
oscuras.
Si
queremos vivir el gozo de tener, liberémonos de la manía de poseer y retener.
Gocemos de la mariposa que revolotea, gocemos del río que corre huidizo, gocemos
de la flor que se abre cara al cielo; gocemos teniendo todo y sin poseerlo,
retenerlo.
sábado, 16 de marzo de 2013
CONCIENCIA DEL AMOR
El
Amor consciente es el que trata de ser sabio y capaz al servicio de su persona amada.
Rara vez se logra entre seres humanos. El motivo del amor consciente, es el
deseo de que el ser amado llegue a alcanzar su propia perfección innata, sean
cuales fueren las consecuencias para el amante mismo.
“¿Qué importo yo?, con tal de que
ella alcance su perfecto desarrollo”, dice el
amante consciente. Y la paradoja de esta actitud es que un amor de esta índole
siempre evoca en su objeto una actitud similar. El amor consciente engendra
amor consciente.
El
amor consciente, es raro entre los seres humanos por varios motivos. Primero, porque la gran mayoría somos
niños que queremos ser amados pero no amar; segundo, porque rara vez se concibe la perfección como la meta
justa del amor humano; tercero,
porque los seres humanos no sabemos qué es bueno para sus seres amados; y cuarto, porque nunca ocurre por
accidente, sino que debe ser objeto de resolución y elección consciente. El
amor consciente debe ser una obra de arte deliberada.
Busquemos
la manera de ser sabio y capaz. El amor sin conocimiento de sí, puede destruir
lo amado. Y en el amor sin poder, el amante tiene que sentirse infortunado,
puesto que no puede hacer por su ser amado lo que él quiere y sabe que la
deleitaría.
Todo
amante verdadero es invulnerable a todos, menos a su persona amada. Así ocurre
no por deseo o esfuerzo, sino únicamente por el hecho del verdadero amor, es
decir, del amor íntegro.
Una
de las funciones del amor consciente es el llegar a ser como niños pequeños:
lograr el nacimiento de nuestra niñez espiritual. La creación de ese niño
espiritual en cada uno de los dos amantes.
Amar
conscientemente exige que el amante adivine los deseos del ser amado, antes de
que estos hayan llegado a la propia conciencia de este. El amante la conoce
mejor de lo que ésta se conoce a sí misma; y el ama más de lo que ésta se ama a
sí misma; de manera que la persona amada alcanza su ser perfecto sin esfuerzo
consciente propio. Cuando el amor es mutuo, el esfuerzo consciente que ella
hace es para él. Es así como cada cual obra deleitosamente la perfección en el
otro.
Asir con
firmeza; soltar con ligereza. Este es uno de los grandes secretos de la
felicidad en el amor. Cuando en el amor consciente uno desea separarse, el
deber del otro como amante es “soltar”. El gran amor puede tanto asir como
soltar. En la madurez del amor es fácil “soltarse” por completo sin arrastrar
la esperanza de volver a encontrarla jamás.
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