En cierta oportunidad, hace ya algunos años cuando me encontraba trabajando por los lados de Tumeremo, en el Estado Bolívar, estaba con uno de mis conocidos del pueblo, un pastor Evangélico con quien compartí muchos momentos de alta espiritualidad. El era una persona muy humilde, en el buen sentido de la palabra.
Mientras manteníamos una de nuestras conversaciones de altura espiritualidad, cuestión que hago con pocas personas se le acercó uno de los miembros de su congregación, y con lo sucedido pude entender que muchos se escudan en Einstein y su más famosa teoría para defender que "todo es relativo". Pero no es eso lo que dice la teoría de la relatividad, que, por el contrario, aborda los aspectos de la realidad que no cambian en función del observador. A la semana siguiente se completo la enseñanza que me tocó aprender de esta experiencia
La historia es más o menos así:
“Necesito desesperadamente que alguien me ayude, o voy a volverme loco. Vivo en una pequeña habitación con mi mujer, mis hijos y mis parientes, de manera que tenemos los nervios a punto de estallar y no dejamos de gritarnos y de increparnos los unos a los otros.
Aquello es un verdadero infierno “contó fuera de sí el feligrés.
- ¿Me prometes que harás lo que yo te ordene? -le dijo el pastor con toda seriedad.
- Le juro que lo haré.
- Perfectamente. ¿Cuántos animales tienes? -preguntó el pastor.
- Una vaca, una cabra y seis gallinas.
- Mételos a todos en la habitación y vuelve dentro de una semana -le ordenó.
El creyente quedó horrorizado, pero había prometido obedecer, de modo que lo hizo y volvió al cabo de una semana quejándose desconsoladamente.
- Vengo hecho un manojo de nervios. ¡Qué suciedad, qué peste, qué ruido! Estamos todos a punto de volvernos locos.
- Vuelve otra vez -dijo el pastor- y saca a todos los animales fuera de tu casa.
El hombre se marchó corriendo a su casa y regreso al día siguiente radiante de alegría:
- ¡Qué felicidad! Han salido todos los animales y aquello es ahora un paraíso. ¡Qué tranquilidad!, qué limpieza, qué amplitud!
Podemos notar de esto que a veces nos cegamos y no vemos la realidad de lo que nos está sucediendo, que nos hundimos y ahogamos en situaciones que no son tan malas como las vemos o sentimos. Si aplicamos un poco de nuestro conocimiento, raciocinio y humildad, lograremos ver la vida con otros ojos, seremos un observador de nuestra propia situación y en tenderemos “QUE TODO ES RELATIVO”
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ResponderEliminarTodo es absoluto, lo unico relativo es nuestra percepcion.nosotros no vemos las cosas como realmente son, sino como las percibimos con respecto al medio que las rodea.Existen fuerzas que no conocemos que orientan nuestras decisiones sin que nos demos cuenta, y no están relacionadas con las ideas económicas convencionales: Precios, Oferta y demanda.
ResponderEliminarcada cual capta la realidad desde su perspectiva, su emplazamiento en el mundo (también desde su conjunto de conocimientos, prejuicios, etc.).
A partir de todo ello podríamos afirmar que, en sentido estricto, no existen verdades absolutas (es decir: que lo sean para todos, en todo tiempo y lugar), aunque las verdades científicas buscan ese horizonte.
Es importante no confundir la relatividad con el relativismo. La relatividad es consciente de que las cosas son relativas, pero no de cualquier modo: relativas a quien tiene la experiencia, etc.
La aceptación de la relatividad de la vida y del conocimiento nos hace estar abiertos a los demás, ser dialogantes, procurar contemplar la realidad desde varios puntos de vista... lo cual no quiere decir que renunciemos a nuestra propia perspectiva.
cuidado con las emociones y los sentimientos