Uno
de los elementos importantes que todos necesitamos para ser algo en la vida es
sentirnos reconocidos social, profesional y técnicamente.
En resumen: Recibir reconocimientos
Piense
que un niño es como un vaso medio lleno; para que ese niño llegue a ser un
adulto plenamente realizado necesita llegar a la adultez como un vaso lleno,
que llegue sin carencias porque entonces serán los psiquiatras o los psicólogos
los que se dediquen a tratar de resolver esas carencias que tuvo en su niñez.
La
persona que, en cambio, ha recibido las caricias necesarias, el niño que ha
sido receptor de estímulos positivos y del amor de sus padres, seguramente va a
poder dar porque tiene el vaso rebosante. Ese adulto dará lo mucho que ha
recibido a lo largo de su niñez porque nadie puede dar lo que no tiene. Mucha
gente cree equivocadamente que puede dar cosas que no tiene; una persona puede
prestar dinero - siempre y cuando - lo tenga; un trabajador puede dar calidad -
siempre y cuando - tenga calidad en su mente y en sus manos; una persona puede
dar cariño - siempre y cuando - tenga dentro de su corazón ese sentimiento tan
importante.
El reconocimiento es una necesidad universal que nos
acompaña desde la cuna hasta la tumba, es algo que vive y perdura en nosotros
para siempre. Nuestro trabajo requiere reconocimiento y desafortunadamente nunca
sorprendemos haciendo bien las cosas a nadie; siempre los atrapamos haciéndolas
mal. Esto nos sucede con nuestra pareja, nos quejamos de ella y sólo analizamos
sus defectos y carencias. En nuestros hijos únicamente vemos sus debilidades y
sus malas calificaciones. Y así estamos viendo y criticando a toda la gente;
nunca los atrapamos haciendo las cosas bien.
Llegue
hoy a su casa y, por favor, descubra a su esposa haciendo algo bien, descubra a su hijo estimulando una
potencialidad; seguramente alguien hizo algo bien en el hogar el día de hoy. Lo
mismo pasa en su fábrica, lo mismo en el restaurante al que va a ir. El reconocimiento invita a repetir
la experiencia de hacer las cosas bien desde la primera vez, y si nos acostumbramos a hacerlas
así nos sentiremos realizados; la gente responderá positivamente y lo más
curioso: los líderes de esa gente serán mejores servidores.
Sin
embargo, normalmente estamos en la parte oscura de los seres humanos. Tenemos
que visualizar que todo ser humano tiene potencialidades porque no hay ser
humano que no las tenga. De lo contrario estaríamos hablando de un monstruo.
Tampoco hay ser humano que no tenga defectos, de lo contrario no sería humano;
sería un querubín... algo definitivamente extraño.
Todos
los seres humanos somos una amalgama
de potencialidades y debilidades,
pero un líder con visión está pensando permanentemente en la potencialidad de
su gente; identifica a cada uno de los que forman su equipo de trabajo, su
familia, cada uno de ellos tiene una potencialidad, piensa en ellos
imaginativamente y la localiza.
Cuando
usted llegue a su trabajo o a su hogar recuerde que la gente necesita el reconocimiento para lograr plenamente su
realización. No emita palabras sin pensar en las consecuencias, usted puede
decidir el rumbo de la vida de alguna persona que ama o conoce, emita sus
palabras con prudencia cuando deba reflexionar y con fuerza y gozo cuando deba
reconocer o elogiar.
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