¿Cuándo es bella una mujer? ¡Qué pregunta que les hago!
Yo creo que ni un mago la podría contestar,
les voy a dar mi respuesta a la espera de su parecer. La belleza a mi entender, y no
lo tomen a mal, es la belleza intelectual y espiritual.
¡Esa es la que debemos desear ver! ¡A la mujer intelectual y
espiritual!
La podremos ver de mil maneras, casadas, viudas, solteras separadas o en pareja, de poca edad o algo vieja, gorda, flaca, bajita o alta… pero su belleza resalta, lo notaremos enseguida, pues lo que logró en su vida no fue de forma casual.
¿De qué sirve una mujer hermosa y con
bellas formas, si por otro lado, no conoce las normas del respeto y del buen
sentir? ¿De qué sirve algo
bello para ver, si a nuestro lado va a vivir contoneando su silueta, haciéndose
la coqueta para ver si alguno “entona” teniendo una sola neurona? ¿Qué nos
puede ofrecer una mujer así?
La belleza de la mujer, busquémosla en su
corazón, en su alma y en su pasión; buena madre y compañera, una
mujer verdadera que les enseña a sus hijos a ser honestos con los mil ejemplos
que ella misma les ha dado... Si
una mujer así hemos logrado, es porque ella nos supo querer. ¡La belleza que te
ha mostrado es sinónimo de hermosura!
Podemos tener a nuestro lado una mujer que
aun sin ser muy bonita de ver, con su pureza, sinceridad y bondad, logre que nuestro
corazón palpite de forma arrolladora. A
esa humilde señora siempre le deberemos amar, esa belleza dura mucho más y es
mucho más valiosa, porque ¿quién
nos la va a robar, si siempre nos ha respetado?
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