Las mujeres de mi generación son las mejores. Y punto. Hoy tienen
cuarenta y pico, cincuenta y pico, o algunas incluso sesenta y algo.
Son bellas, muy bellas; pero también serenas, comprensivas,
sensatas, y sobre todo, endiabladamente seductoras, esto a pesar de sus
incipientes patas de gallo o de esa afectuosa celulitis que capitanea sus
muslos, pero que las hace tan humanas, tan reales. Hermosamente
reales.
Casi todas, hoy, están casadas o divorciadas, o divorciadas y vueltas a
casar, con la idea de no equivocarse en el segundo intento, que a veces es
un modo de acercarse al tercero, y al cuarto intento.
Qué importa... Otras, aunque pocas, mantienen una pertinaz soltería y la
protegen como ciudad sitiada que, de cualquier modo, cada tanto abre sus
puertas a algún visitante.
Crecieron con el influjo de la música de Los Beatles, de Bob Dylan...
Herederas de la "revolución sexual" de la década de los 60 y de las
corrientes feministas que, sin embargo recibieron pasadas por varios filtros, ellas
supieron combinar libertad con coquetería, emancipación con pasión,
reivindicación con seducción.
Jamás vieron en el hombre a un enemigo a pesar que le cantaron unas
cuantas verdades, pues comprendieron que emanciparse era algo más que poner al
hombre a trapear el baño o a cambiar el rollo de papel higiénico cuando éste,
trágicamente, se acaba, y decidieron pactar para vivir en pareja. Son
maravillosas y tienen estilo, aun cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o
nos dejan. Usaron faldas hindúes a los 18 años, se cubrieron con suéter de
lana y perdieron su parecido con María, la virgen, en una noche loca de viernes
o sábado después de bailar. Hablaron con pasión de política y quisieron
cambiar el mundo.
Aquí hay algunas razones de por qué una mujer venezolana contemporánea de
más de 40 nunca te va a despertar en la mitad de la noche para preguntarte....
"¿Qué estás pensando?" — No le interesa lo que estás pensando. —
Si una mujer venezolana de más de 40 no quiere mirar un partido de
fútbol, ella no da vueltas alrededor tuyo. Se pone a hacer algo que ella
quiere hacer y generalmente es algo mucho más interesante. Una mujer venezolana
de más de 40, se conoce lo suficiente como para estar segura de sí misma, de lo
que quiere, y de con quién lo quiere. Son muy pocas las mujeres de más de
40 a las que les importa lo que tú pienses de lo que ella hace.
Una mujer venezolana de más de 40, tiene cubierta su cuota de
relaciones "importantes" y "compromisos". Lo último que
quiere en su vida es otro amante posesivo. Es muy raro que entren en una
competencia de gritos en medio de la ópera o de un restaurante caro. Las
mujeres de más de 40 son generalmente generosas en alabanzas. Ellas saben lo
que es no ser apreciadas lo suficiente. Tienen suficiente seguridad en sí
mismas como para presentarte a sus amigas. Una mujer más joven puede
llegar a ignorar hasta a su mejor amiga. Las mujeres se vuelven psíquicas a
medida que pasa el tiempo. No necesitas confesar tus pecados, ellas
siempre lo saben. Son honestas y directas. Te dicen directamente que
eres un imbécil si es lo que sienten sobre ti.
Tengo muchas cosas buenas que decir de las mujeres de más de 40 y por
múltiples razones. Lamentablemente no es recíproco. Por cada
impactante mujer de más de 40, inteligente, bien vestida o sexy, hay un hombre
con casi o más de 50... calvo, gordo, barrigón y con pantalones arrugados
haciéndose el gracioso con una chica de 20 años, pensando en la canción 40 y 20.
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