Comprender el
inconsciente colectivo en la forma en que lo aborda un gigante de la psicología
de nuestro tiempo: Carl Gustav Jung, nos permitirá entender ¿por qué somos como
somos?, o, ¿por qué a algunos países les ha ido mejor que a otros?, ¿por qué
ciertos pueblos han encontrado más fácilmente el camino a la prosperidad como
lo han hecho los tigres asiáticos?, ¿por qué algunos pueblos se diferencian
tanto de sus más próximos vecinos del norte de América?
Todos los
pueblos del mundo se identifican por una similitud en sus hábitos, con lo cual
se conforman las costumbres que son la parte central de todas las culturas; así
los rituales judíos han hecho permanecer durante siglos una serie de
tradiciones que los identifica y los diferencia de otros pueblos y lo mismo
podríamos decir de los cristianos, musulmanes, budistas, etcétera... Y así
durante generaciones enteras a través de cientos de años hay costumbres que
quedan por siempre en el inconsciente colectivo de los pueblos, hábitos que se
heredan de padre a hijo desde tiempos inmemoriales, la convicción del hindú de
que la vaca es sagrada está grabada en forma inconsciente. El que una mujer
japonesa camine dos pasos atrás del hombre no es cuestionable, pues seguramente
muchas de ellas actualmente nos contestarían: “¿Acaso hay otra forma de
caminar?" El que el alemán sea tan ordenado nos replicaría: “¿Acaso hay
otra forma de colocar las herramientas en un taller?" Son patrones de
conducta que se realizan en forma no consciente y se hacen sin cuestionamiento
alguno: observemos por ejemplo, cuando entramos a un templo y sin que nadie nos
lo ordene bajamos el nivel de voz, son hábitos que hemos aprendido durante
muchas generaciones e inconscientemente les seguimos dando continuidad.
Aristóteles
cuando se refería a los triunfadores señalaba: "La Excelencia es el arte
que se alcanza a través del entrenamiento y el hábito, nosotros somos lo que
hacemos repetidamente, la Excelencia entonces no es un acto aislado sino un
hábito". La Excelencia es una realidad en una empresa cuando sus líderes
logran llevar la actitud de Excelencia al inconsciente de todos sus miembros.
Cuando cada empleado está alerta a las necesidades del cliente, es cortés,
servicial, atento; alerta a la acción en la búsqueda permanente de resultados,
en fin, cuando en forma inconsciente lo hacen como parte de la cultura
corporativa de Excelencia, es lo usual, lo normal, la forma de hacer las cosas
en esa empresa.
Al igual que
la empresa, los seres humanos fácilmente convertimos ciertos errores en hábitos
como el llegar tarde a nuestras citas, tener mal humor al despertar, el
negativismo, entre otros.
Es necesario hacer un inventario de tales
actitudes y sustituirlas por acciones positivas con tal perseverancia que se
conviertan en hábitos, en nuestra forma natural de ser: sonreír, ser amable,
positivo, etcétera, es el camino para cambiar en la vida y estar en el sendero
de los triunfadores.
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