viernes, 18 de abril de 2014

DEBERÍAMOS... VIVIR COMO SI FUESE EL ÚLTIMO DÍA



Todos los días deberían ser maravillosos, y pueden serlo. Deberíamos dar cabida a las cosas buenas para que se alojen en nuestros corazones.

Vivamos cada día como si fuese el último, no dejemos pasar un día sin haber hecho algo bueno para nosotros o para los que nos rodean.

Es posible ser feliz, es posible vivir una vida gratificante, en plenitud.

Todas las cosas malas se pueden revertir, si alguna vez hemos hecho algo malo o pensamos que hemos actuado mal, no pensemos que eso necesariamente nos perseguirá hasta el último de nuestros días; no es así, cada día que abrimos nuestros ojos supone una nueva oportunidad para volver a hacer las cosas bien, una nueva oportunidad de recomenzar con nuestras vidas.

Volvamos a hacer planes, no dejemos que el hastío y el aburrimiento nos tapen el sol, hagamos de nuestros días un nuevo renacer, una nueva oportunidad para no cometer los errores del pasado.

Riamos, eso siempre nos hará bien, nos dará vida, juventud, y contagiaremos a los que nos rodean de buenas vibraciones. Nos querrán y respetarán por tener siempre la palabra justa, la sonrisa cuando un rostro esté triste. Seamos felices para que todo lo que hagamos sea hecho con mucho amor y cariño.

-Nosotros dirigimos nuestros propios sentimientos, podemos sentirnos como queramos-

Si nos apetece llorar, no nos reprimamos, lloremos lo que haga falta, dejemos que todos nuestros sentimientos afloren para que podamos liberarnos de todo lo que nos aprisiona.

Ayudemos a quien pide nuestro consejo, ofrezcamos unas palabras, unas conversaciones con personas que lo están pasando mal. No sabemos cuánto están deseando encontrar una persona que sólo le diga que "aquí estoy", "cuenta conmigo". Y aunque nada nos diga, sentirá nuestra protección, alguien que sabe comprender por lo que pasan. Recordemos que los males de amores son los que no dejan avanzar, son lo que más cuesta sacar de nuestros corazones y de nuestra mente. Nuestro apoyo es muy importante.

Caminemos por la vida siendo una buena persona, sintiendo la brisa del aire que nos toca cuando caminamos, si vamos por la vida con esa actitud tan positiva, extendiendo nuestras manos a quien lo necesite, seremos una persona que siempre será recordada por su gran entrega.

Recordemos que no todos sonríen en este momento, tristemente hay muchas lágrimas derramadas por todos lados, acerquémonos a los que sufren, dejemos nuestra huella en este mundo.

-Regalemos amor-

No nos guardemos la bondad ni el amor, repartámoslo, entreguémoslo, regalémoslo, pero que no se quede sólo en nosotros, porque de nada nos servirá el día de mañana. No hay que ser egoístas, dejemos cosas positivas en nuestro caminar por esta vida.

-Nosotros somos luz -

Con nuestro ejemplo podemos dar luz al mundo, mostrémosle a las personas que nos rodean que se puede ir ayudando a la gente sin esperar nada a cambio, que la mejor recompensa la tendremos al final de nuestra vida.

Vivamos nuestra vida a tope, recordemos que todos estamos de paso por esta vida y que cada día es como subir a una gran escalera, en cuesta, pero cuando lleguemos a la cima y miremos hacia abajo y veamos toda la gente que se benefició de nuestra bondad, seremos la persona más felices de la tierra.

Busquemos en nuestro interior, reencontrémonos, seamos una persona que es capaz de renacer cada día, en cada amanecer y en cada momento del día.

Dejemos que el amor y la bondad inunde nuestro corazón para que nuestro interior se ilumine. 

Demos lo mejor de nosotros a quienes viven en nuestro entorno.

Recordemos que lo único más grande que nosotros, es Dios, los demás somos todos iguales, pero podemos hacer una diferencia si amamos a nuestros semejantes. Si somos capaces de amar, también seremos capaces de ser amados.

Viviendo de esta forma y haciendo estas cosas, nuestros días serán maravillosos, por el sólo hecho de haber tenido bondad para con nuestros semejantes nos sentiremos bendecidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario