Si estás preocupado porque no sabes lo que
vas a ofrecer como presente esta Navidad, porque no tienes las condiciones económicas,
estás desempleado, o porque los amigos son tantos que no tienes medios de
ofrecerles alguna cosa a cada uno.
Les
voy a decir una cosa:
Las
flores se marchitan, las tarjetas se pierden, ni todos los regalos que
obsequiamos agradan, las cartas se amarillentan con el tiempo. Pensemos en ofrecer algo que quede para siempre, que nosotros
poseemos y que muchas personas riquísimas ya no poseen más:
¡Un poco de nuestro tiempo!
Seamos, por una
hora, una mañana, una tarde o por un día... ¡el mejor amigo que alguien pueda
tener! Démonos enteramente en la amistad, en la escucha. ¡Los momentos quedan
para siempre!
Hacer
a alguien feliz es el mayor regalo que podemos ofrecer. Y eso nosotros no lo
compramos, lo producimos, con el cariño en los ojos y amor en el corazón.
Hagamos que de aquí
hasta diez años alguien pueda decir: el mejor presente de Navidad que yo recibí fueron
algunos momentos que me ofreciste en aquel año.
Somos
nosotros, personas muy ricas de posibilidades. Podemos dar a los demás sin
tener que adquirir. Podemos hacer a alguien sonreír. Demos un ratito de nuestro
tiempo como presente. Sin grandes sorpresas, pero de todo corazón.
¡Somos el mejor
regalo que existe!
Y
que tu Navidad sea linda, así como la de todos los que tu corazón elige para
probar de tu cariño y de tu amistad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario