domingo, 8 de diciembre de 2013

EL ÉXITO (TRIUNFO) SE ALIMENTA DEL ÉXITO (TRIUNFO)



El más importante de todos los motivadores del ser humano es el triunfo, y el triunfo se alimenta de triunfo. El éxito se alimenta de éxito. Para poder fabricar un campeón lo más importante es hacerlo adicto (en el buen sentido de la palabra) al éxito. La forma en que se puede desarrollar el espíritu competitivo es consiguiendo que la persona se vuelva fanática en equilibrio al triunfo.

Reflexionemos un segundo: si nosotros hemos tenido éxito en alguna actividad de nuestra vida y hemos saboreado lo que sentimos en ese momento, ¿nos gustaría volver a sentirlo?¿nos gustaría subirnos precisamente a ese lugar en el que solamente están los triunfadores: "El podio de los campeones?"

Por eso la forma de fabricar un campeón, ya sea como madre, padre, hijo, amigo, deportista, profesional, ama de casa, es precisamente mediante la accesibilidad a lograr metas y objetivos concretos de éxito.

Existen algunas empresas de corte internacional que se han distinguido a través de su historia por tener grandes vendedores estrella que cuando se les ha preguntado cómo lograron su éxito respondieron en forma muy sencilla: “Mire..., cuando nosotros tenemos una zona de venta que puede dar 100 y nuestro equipo de vendedores en ese lugar está dando solamente 10, el objetivo que le ponemos de inmediato es que logre no 100, sino 15 y cuando llega al 15 le felicitamos, le colocamos medallas, lo celebramos y después le ponemos como siguiente objetivo el 20, y así lo llevamos gradualmente al 30, al 40, al 50 y finalmente al 100".

Si nuestro hijo saca trece en matemáticas, por favor no le pidamos de golpe un veinte; pidamosle que obtenga el quince, y el próximo mes, cuando lo obtenga, felicitémosle, démosle ánimos y dígamosle: "Ahora sí, hijo mío, vamos por el veinte..." y cuando llegue al veinte, llegaremos a tener un estudiante de Excelencia.

La única manera de saborear el éxito es teniendo éxito, y por eso es muy injusto que a nuestros subordinados les pongamos metas inalcanzables, metas que nunca van a conseguir, y que por lo mismo los desmoralizan. Las metas inalcanzables desmotivan o hacen que la gente ya no quiera seguir luchando por lograr algo que ya mostraron que no pueden alcanzar.

Pongamos objetivos alcanzables y cuando se logren, por favor, entreguemos reconocimientos abundantes. Esto los va a estimular para que logren un objetivo superior. Hágalo en el trabajo, en la universidad, en el colegio, pero siempre comencemos en CASA.

Y lo más importante nunca exijamos a nadie ser Excelente en cualquier área, no importa cuál, si nosotros no probamos del esfuerzo y del trabajo de serlo primero. Reconozcamos nuestras habilidades y explotémoslas hasta lograr ser Excelentes para bendecir a los demás, pero también reconozcamos nuestras limitaciones para que nos mantengamos en el equilibrio verdadero, para que nunca el ser Excelente produzca enemistades, enemigos, heridas, porque habremos alcanzado el éxito como deportista, pero en lo más importante, el ser una persona Excelente, habremos perdido rotundamente. 

Es de a poco como se alcanzamos objetivos, metas y retos, es con sabiduría y consejo como se abre el camino al éxito y sobretodo es con la mejor motivación con la que se debe llegar al triunfo, porque en ella habremos facilitado el camino para otros, deseando que también lleguen a la VICTORIA.

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