Inteligencia
simplemente significa la habilidad para responder, porque la vida es un fluir.
Tenemos que estar alerta y ver qué se requiere de nosotros, cuál es el
reto de la situación. La personas inteligente actúa de acuerdo a la situación,
y el necio actúa de acuerdo a respuestas confeccionadas. Ya sea que vengan
de Buda, de Krishna o de Cristo, no importa. El necio siempre tiene las
escrituras a la mano; tiene miedo de depender de sí mismo. La persona
inteligente depende de su propia intuición; confía en su propio ser. Se
ama y se respeta. La persona no inteligente solamente respeta a otros.
La inteligencia se puede redescubrir. El único método para
redescubrirla es la meditación. La meditación sólo hace una cosa: destruye
todas las barreras que la sociedad ha creado para impedirnos ser inteligente.
Salir de todas las prisiones es inteligencia –y nunca más volver a
entrar en otra. La inteligencia se puede descubrir por medio de
la meditación, porque todas esas prisiones que existen en nuestra mente
afortunadamente no pueden alcanzar nuestro ser. No pueden contaminar
nuestro ser, sólo pueden contaminar nuestra mente. Si logramos salir de nuestra
mente, saldremos del cristianismo, del hinduismo, del judaísmo… etc. Podemos
acabar con ello definitivamente.
Y cuando nos encontremos fuera de la mente, observándola, siendo
consciente de ella, siendo sólo un observador, somos inteligentes. Nuestra
inteligencia es descubierta. Hemos deshecho lo que la sociedad ha hecho
con nosotros. Hemos destruido el daño; hemos destruido la conspiración de los
políticos y “religiosos”.
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