viernes, 25 de mayo de 2012

¿COMO APRENDEMOS A SER FELICES?



Aprendemos a ser feliz cuando estemos solos, y a mantener esa felicidad cuando estemos en el mundo. Nuestra alegría, nuestro placer, nuestro éxtasis, no deben depender de ningún condicionamiento externo.


Mucha gente siente que es feliz cuando se encuentran con amigos; y entonces, cuando están solas, se aburren, se sienten triste y corren a buscar al otro. Estas personas son extrovertidas. El tipo opuesto es el de las personas introvertidas. Se sienten felices estando solas, y se fastidian cuando se encuentran con alguien. Ambos son esclavos de su tipo. El tipo es una esclavitud. Deberíamos liberarnos del tipo. No debemos ser ni extrovertido ni introvertido, sino ambas cosas a la vez.

¿Cómo hacer? Sentados, en silencio, sintamos cuál es nuestra cualidad interior. Entonces, comprometámonos en actividades conservando dentro esa característica. Movámonos de un polo al opuesto todo lo posible, tratando de llevar consigo nuestra integridad interior. Nos extraviaremos muchas veces, pero cuando por primera vez podamos transportarnos al polo opuesto, nos habremos transformado en el amo. Ése es el arte.

Si el desierto y las montañas son atractivos, ¿por qué no las personas?

Si podemos  transportar el rasgo de alegría de la soledad a la sociedad, nos ayudará a estar solos, y estar solos nos ayuda a relacionarnos profundamente con la gente. Un hombre que nunca ha vivido en soledad no puede relacionarse en profundidad. Y una persona que nunca ha vivido en sociedad no puede conocer el placer de la soledad.

Una persona que nació y creció en un paraje solitario, posiblemente no podrá apreciar ni gozar su soledad; probablemente se tornará aburrido y estúpido. Muchas personas que han nacido y viven en el Himalaya, ni siquiera tienen conciencia de que existe el silencio. ¿Cómo podrían disfrutarlo? Es necesaria la oposición para sentir.

El día es hermoso porque existe la noche. La vida es hermosa porque está la muerte. El amor es una energía expansiva porque está el miedo.

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