domingo, 21 de septiembre de 2014

PERDIENDO TAMBIÉN SE GANA



Suena fácil, incluso sencillo, pero no lo es. Hay que estar dispuestos a perder algo para ganar algo mejor. Dispuestos a perder aquello por lo que trabajamos durante mucho tiempo, para ganar algo nuevo, diferente y mejor.

Muchas veces es necesario perder para ganar… cuando estamos en una relación de pareja que se ha vuelto tormentosa, cuando esos mismos sueños que un día alimentaron nuestras vidas ya no están, cuando esa persona que era nuestra vida se fue, nos ha sido infiel… o cuando nuestros amigos con los que compartíamos nuestras alegrías y penas ya no están ahí para nosotros, están demasiados ocupados para atendernos.

Nuestro matrimonio ha sido horrible, sólo deseamos que todo sea un mal sueño para despertar de todas esas tristes realidades… en todas estas situaciones, es necesario perder para ganar.

Hay que perder para ganar. 

Hay que perder, soltar aquello que no nos hace bien, aunque sea algo por lo que luchamos y creímos tiempo atrás. No se puede estar todo el tiempo hablando de los sufrimientos e injusticias que vivimos, tenemos que estar dispuestos a soltar, dejar atrás… perder para ganar.

Claro que vamos a sufrir, vamos a llorar, pero ¿qué vale más? Supondrá un tiempo en silencio, haciendo una limpieza interior para poder salir a la luz, para poder darle a la vida otra oportunidad y tratar de vivir en forma tranquila.

Por miedo a la soledad acabamos aferrándonos a los recuerdos, a lo que hemos ganado y a lo que llevamos tiempo guardando. Todo en la vida cuesta esfuerzo, por eso cuesta soltar y perder. Pero nada en esta vida nos pertenece, ni siquiera nuestra propia vida, todo es prestado, nada es eterno… por eso los invito a hacer esta reflexión: muchas veces debemos perder para levantarnos y ganar de nuevo.

Recordemos cómo era su vida antes que llegasen tantos problemas y el sufrimiento se anidase en nuestros corazones. ¿Dónde quedó esa persona que éramos antes, con sueños de éxito y proyectos realizados? ¿Dónde está esa persona luchadora que más de alguna vez fue modelo a seguir para otras personas? ¿Qué fue de aquella persona con propósito y visión que una vez fuimos?

Intentemos buscar dentro de nuestro ser qué pasó con aquella persona que una vez fuimos,
y volvamos a pensar que somos muy especiales.

Volvamos a creer en nosotros, en nuestra capacidad de amar y progresar en lo que nos propongamos. 

Volvamos a pensar que si queremos trabajar en algo, podremos hacerlo. 

Volvamos a ser una persona segura de sí misma, como lo hemos sido en el pasado, más que ahora... antes de que llegara esa persona que nos acabó anulando por completo.

No es nada fácil volver a reír sin parar, no es fácil cuando sólo queremos llorar. No es fácil volver a entregar el corazón cuando nos lo han roto varias veces, pero se puede, si ponemos de nuestra parte podremos. Sólo necesitamos ser conscientes que a veces hay que saber soltar, dejar ir lo que nos rodea (sea material o sentimental) y dejar marchar aquellas cosas que no nos hacen feliz. 

Hay que perder para ganar, porque dentro de esa “pérdida” volveremos a renacer, a vivir la vida sin estar sufriendo o sin estar todo el día hablando de nuestras penas… Hay vida para nosotros, hay esperanzas dentro del dolor, confiemos en Dios que así será. Hagamos un ejercicio;

-Respira-

Suelta…  y vuelve a vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario