Aunque nos tapemos
los oídos con la almohada y gritemos de rabia cuando suena el despertador... Gracias
a Dios que podemos oír. Hay muchos que son sordos.
Aunque cerremos los
ojos cuando, al despertar, el sol se mete en nuestra habitación... Gracias a Dios que podemos ver. Hay muchos ciegos.
Aunque nos pesa
levantarnos y salir de la cama... Gracias a Dios que tenemos fuerzas para hacerlo. Hay muchos postrados que no pueden.
Aunque nos enojemos
cuando no encontremos nuestras cosas en su lugar porque los hijos hicieron un
desorden... Gracias a Dios que tenemos familia. Hay
muchos solitarios.
Aunque la comida no
estuvo buena y el desayuno fue peor... Gracias a
Dios que tenemos alimentos. Hay
muchos con hambre.
Aunque nuestro
trabajo en ocasiones sea monótono rutinario... Gracias a
Dios que tenemos ocupación. Hay muchos desempleados.
Aunque no estemos conformes
con la vida, peleemos con
nosotros mismos y tengamos muchos motivos para quejarnos... Gracias a Dios por la vida.
Aunque el dinero no
nos alcance para zapatos nuevos... Gracias padre celestial,
pues tengo pies... Hay
quienes no los tienen.
Cuando vemos nuestras
manos maltratadas, por el
trabajo, y nuestro bajo salario… Gracias Señor, pues tenemos
manos... Algunos no tienen
manos.
Cuando nos quejamos del
pago de servicios y vemos que no nos alcanza... Gracias padre
de los cielos, hay muchos que carecen de todo.
Gracias
padre celestial por el aire que respiramos... Porque seguimos respirando... cuando
muchos han dejado de hacerlo hoy.