sábado, 30 de abril de 2011

ADÁN Y EVA ¿EXISTIERON EN LA VIDA REAL?

ADÁN Y EVA ¿EXISTIERON EN LA VIDA REAL?

PARA muchas personas, el relato de Adán y Eva que aparece en el libro de Génesis es tan solo un mito. Muchas personas han dicho, “la mayoría de los cristianos creen que los relatos de Génesis, como el de Adán y Eva, son puras alegorías”. Muchos eruditos católicos, protestantes y judíos opinan lo mismo. Afirman que gran parte de ese libro bíblico no concuerda con la evidencia histórica ni científica.

Pero ¿qué piensa tú? ¿Crees que Adán y Eva fueron personajes reales? ¿Hay pruebas que demuestren su existencia? Además, ¿qué implicaría ver los relatos de Génesis como simples mitos?

¿Contradice la ciencia el relato de Génesis?

Para empezar, analicemos algunos aspectos sobre la creación del primer hombre, Adán. La Biblia explica: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Génesis 2:7). Veamos si este versículo tiene base científica.

El cuerpo humano está formado por 41 elementos químicos. Entre estos figuran el carbono, el hierro, el oxígeno y muchos otros componentes básicos que también están presentes en el “polvo” de la tierra. Así pues, bien puede decirse que estamos hechos del “polvo del suelo”, tal como indica el texto bíblico.

Ahora bien, pensemos en el formidable trabajo que supondría combinar esta variedad de elementos inertes a fin de producir un ser humano. Para darnos una idea, tomemos por caso una de las máquinas más complejas que se han diseñado: el transbordador espacial. Esta maravilla de la tecnología tiene nada más y nada menos que dos millones y medio de piezas, aproximadamente. Su diseño y ensamblaje les llevó más de 15 años de trabajo a varios equipos de ingenieros, técnicos y científicos. Pues bien, ¿qué hay del cuerpo humano? Este está formado por 7.000 cuatrillones de átomos, 100 billones de células, una gran cantidad de órganos y al menos nueve sistemas que hacen posible su funcionamiento. ¿Cómo llegó a existir esta compleja máquina biológica de tan fascinante estructura? ¿Habrá sido producto de la casualidad o, más bien, del diseño inteligente?

El cuidadoso diseño del cuerpo humano supera por mucho el de un transbordador espacial

Y lo que es más, ¿cómo empezó a funcionar este magnífico conjunto de órganos? ¿Qué le infundió vida al cuerpo humano? Los científicos admiten que no lo saben. De hecho, ni siquiera se han puesto de acuerdo al definir ¿qué es la vida? No obstante, para aquellos que creen que hay un Creador, resulta obvio concluir que la fuente de la vida es Dios.
Por otra parte, la Biblia enseña que Eva fue creada de una costilla de Adán (Génesis 2:21-23). Antes de juzgar este pasaje como mera fantasía, pensemos en algunos logros de la ciencia. En enero de 2008, unos científicos de California (Estados Unidos) lograron producir embriones humanos viables, clonados a partir de células adultas tomadas de la piel. Anteriormente se habían clonado unos veinte animales siguiendo técnicas similares. La famosa oveja Dolly, por ejemplo, fue clonada en 1996 a partir de la glándula mamaria de una oveja adulta.

Aún no sabemos en qué acabarán tales experimentos. El caso es que si el ser humano ha sido capaz de tomar material biológico de un organismo para hacer otro de la misma especie, ¿por qué dudar de que el Creador todopoderoso haya podido formar un ser humano de la costilla de otro? Cabe mencionar que las costillas pueden regenerarse y reemplazarse a sí mismas, razón por la cual los médicos las emplean habitualmente en operaciones de cirugía reconstructiva.

Pruebas que la misma Biblia ofrece

Hay quienes desconocen el hecho de que Adán y Eva también se mencionan en otras partes de la Biblia. ¿Qué nos revelan estas referencias bíblicas sobre la historicidad de Génesis?

Por ejemplo, en los capítulos 1 a 9 de Primero de las Crónicas y en el capítulo 3 del Evangelio de Lucas encontramos listas genealógicas del pueblo judío. Estos detallados registros abarcan 48 y 75 generaciones, respectivamente. Por un lado, el libro de Crónicas presenta el linaje de los reyes y sacerdotes de la nación de Israel y, por otro, Lucas se centra en la genealogía de Jesucristo. Ambas listas mencionan a Adán junto a personajes históricos como Salomón, David, Jacob, Isaac, Abrahán y Noé. Dado que todos los que aparecen en estas listas existieron en la vida real, ¿no es lógico pensar que Adán también fue una persona real?

Además, la Biblia siempre se refiere a Adán y Eva como seres humanos reales, y no como personajes ficticios. Fíjese en los siguientes ejemplos:

“[Dios] Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres.” (Hechos 17:26.)
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así [...] reinó la muerte desde Adán hasta Moisés.” (Romanos 5:1214.)
“Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente;…” (1 Corintios 15:45.)
“Porque Adán fue formado primero, después Eva” (1 Timoteo 2:13.)
“De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán” (Judas 14.)

Pero sobre todo, el testimonio bíblico más confiable sobre la existencia de Adán y Eva es el del propio Jesucristo. En una ocasión en que le preguntaron si divorciarse estaba permitido, él respondió: “pero al principio de la creación ‘[Dios] varón y hembra los hizo Dios.
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer,
y los dos serán una sola carne;’ [...].Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (
Marcos 10:6-9). ¿Verdad que Jesús no utilizaría una alegoría para establecer una norma con respecto al vínculo matrimonial? Está claro, entonces, que Jesús consideraba el relato de Génesis como una historia real.

Con razón, al analizar la evidencia que ofrecen las Escrituras, el Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado concluye: “El Nuevo Testamento confirma así la historicidad de los relatos de los primeros capítulos de Génesis”

Un efecto dominó en otras doctrinas

Muchas personas devotas opinan que creer en la existencia de Adán y Eva no es necesario para ser un buen cristiano. A simple vista, este razonamiento pudiera parecer cierto, pero veamos a qué conclusiones nos llevaría.


Jesús creía en la existencia de Adán y Eva

Una doctrina bíblica que tiene mucho significado para cualquier creyente es la del rescate. De acuerdo con esa enseñanza, Jesucristo ofreció su vida humana perfecta como rescate para salvarnos de nuestros pecados (Mateo 20:28; Juan 3:16). Como sabemos, un rescate es el pago que se realiza para recuperar una cosa o liberar a una persona. Por eso, la Biblia dice que Jesús es un “el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” (1 Timoteo 2:6). Pero ¿correspondiente a qué? La Biblia explica: “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Corintios 15:22). La vida perfecta que Jesús entregó para redimir a la humanidad obediente equivale —o corresponde— a la vida perfecta que Adán perdió cuando pecó en el jardín de Edén (Romanos 5:12). Es obvio, por lo tanto, que el sacrificio de Cristo no habría tenido ningún sentido si Adán no hubiera existido.

Negar el relato de Génesis sobre Adán y Eva o restarle importancia produciría un efecto dominó que repercutiría en esta y otras enseñanzas bíblicas primordiales. Como resultado, muchas de las grandes preguntas de la vida quedarían sin respuesta, y nuestra fe carecería de base alguna (Hebreos 11:1).

El relato de Génesis y el sentido de la vida

Finalmente, queda por contestar una última pregunta: ¿qué propósito tiene la vida para quienes rechazan el relato de Génesis? Para Richard Dawkins -un conocido científico evolucionista que rechaza la existencia de Dios-, en el universo no hay “ningún diseño, ninguna intención, ningún bien ni ningún mal, nada más que indiferencia ciega y despiadada”. ¿No le parece que esta es una perspectiva deprimente para el ser humano, quien por naturaleza necesita hallarle sentido a la vida?

El sacrificio de Cristo no habría tenido ningún sentido si Adán no hubiera existido

La Biblia, por el contrario, da las mejores respuestas a las preguntas que más nos interesan, como por ejemplo: ¿De dónde venimos? ¿Qué propósito tiene la vida? ¿Por qué hay tanta maldad y sufrimiento en el mundo? ¿Acabarán algún día? Además, la fe en el sacrificio redentor de Cristo nos brinda la esperanza de vivir eternamente en un paraíso como el que había en Edén, donde Dios puso a nuestros primeros padres (Salmo 37:29; Revelación [Apocalipsis] 21:3-5). ¿Verdad que esta sí es una maravillosa perspectiva?

Es cierto que el relato de Adán y Eva no concuerda con la teoría de la evolución, pero sí concuerda con lo que ya ha descubierto la ciencia. Y sobre todo, está en total armonía con el resto de la Palabra inspirada de Dios, que revela cuál es el verdadero sentido de la vida.

viernes, 29 de abril de 2011

HUMOR DESDE EL TINTERO "LOS TRATOS SON PARA CUMPLIRLOS"

Después de medio siglo o medio cupón de armonía total en el matrimonio, muere el marido, y poco tiempo después, de la tristeza y desolación, muere ela esposa también.

Ambos, fervientes creyentes y practicantes del cristianismo v,an al cielo. Allá, al llegar a ese paraiso, en el cielo, ella busca incansablemente por todos los rincones al que fue su marido durante 50 años, lo divisa en la distancia y corriendo hasta donde él se encuentran, lo abraza, lo besa, le hace infinidad de caricias y le dice:

¡Queridooooo! ¡Qué suerte encontrarnos nuevamente aqui en el cielo!.

A lo que él responde:

No, no, no. No me vengas ahora con tonterías.

El trato fue: ¡¡¡HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE!!!

sábado, 23 de abril de 2011

¿SE CONTRADICEN EL RELATO DE GÉNESIS Y LA CIENCIA?


Muchas personas afirman que la ciencia refuta el relato bíblico de la creación. Pero lo que la ciencia de verdad contradice no es la Biblia, sino las opiniones de varios grupos de los llamados fundamentalistas cristianos. Algunos de estos aseguran equivocadamente que, según las Sagradas Escrituras, el universo material fue creado en seis días de veinticuatro horas hace unos diez mil años.

La Biblia no respalda tal afirmación. Si lo hiciera, muchos descubrimientos científicos de los últimos cien años la desacreditarían. Al analizar cuidadosamente el relato bíblico se ve que no hay conflicto entre este y los hechos científicos demostrados. Por esa razón, los testigos de Jehová no concuerdan con los fundamentalistas “cristianos” ni con muchos creacionistas. A continuación veremos lo que enseña realmente la Biblia.

“El principio” del universo

El relato de Génesis se inicia con una declaración sencilla y contundente: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1). Los eruditos bíblicos coinciden en que la acción aquí descrita es distinta a lo que ocurrió en los días creativos mencionados a partir del versículo 3. Este hecho tiene una gran trascendencia. Implica que, de acuerdo con la primera frase de la Biblia, el universo, incluido el planeta Tierra, ya existía desde tiempos indefinidos antes del comienzo de los días creativos.

Los geólogos cifran la antigüedad de la Tierra en unos cuatro mil quinientos millones de años, y los astrónomos calculan que la edad del universo puede alcanzar los quince mil millones. ¿Contradicen dichas cifras -o las que quizás se ofrezcan en el futuro- lo que afirma Génesis 1:1? No, pues la Biblia no especifica la antigüedad de “los cielos y la tierra”. De modo que la ciencia no refuta el relato bíblico.

¿Cuánto duraron los días creativos?

¿Qué puede decirse de los días creativos? ¿Duraron solo veinticuatro horas? Algunos aseguran que como Moisés -el escritor de Génesis- indicó posteriormente que el día que siguió a los seis días creativos sirvió de modelo para el sábado semanal, cada uno de esos días tiene que haber durado veinticuatro horas (Éxodo 20:11). ¿Respaldan las palabras utilizadas en el relato de Génesis esta conclusión?

En realidad, no. Lo cierto es que la palabra hebrea que se traduce “día” puede aludir a períodos de tiempo de duración diversa, no solo de veinticuatro horas. Por ejemplo, cuando Moisés resume la historia de la creación, se refiere a los seis días creativos como si fueran uno solo (Génesis 2:4). Por otra parte, en el primero de esos días, “Dios empezó a llamar a la luz Día, pero a la oscuridad llamó Noche” (Génesis 1:). En este caso, el término “día” solo alude a parte de un período de veinticuatro horas. Queda claro que la afirmación de que cada día creativo duró veinticuatro horas es arbitraria, carece de base bíblica.

¿Cuál fue entonces la duración de esos días? La forma en que se redactaron los capítulos 1 y 2 de Génesis indica que se trata de períodos de tiempo muy extensos.

Aparición gradual de las obras creativas

Moisés escribió su relato en hebreo y desde la perspectiva de alguien que está en la Tierra. Estos dos factores, sumados al hecho de que el universo ya existía antes del comienzo de los períodos o “días” creativos, ayudan a resolver gran parte de la polémica que rodea al relato de la creación.


¿De qué manera?
Génesis no enseña que el universo haya sido creado en un corto período de tiempo en un pasado relativamente reciente
Un análisis cuidadoso de la narración de Génesis revela que algunos acontecimientos, aunque se iniciaron en un “día” concreto, se prolongaron durante uno o más de los días siguientes. Por ejemplo, antes de que comenzara el primer “día” creativo, ya existía el Sol, pero algo -posiblemente nubes densas- impedía que su luz alcanzara la superficie de la Tierra (Job 38:). En el transcurso del primer “día”, dicha barrera comenzó a disiparse, permitiendo el paso de luz difusa a través de la atmósfera. (Cuando se explica lo que ocurrió el primer “día”, la palabra hebrea utilizada para “luz” es ’ohr, que significa luz en sentido general, mientras que al hablar del cuarto “día” se emplea ma·’óhr, que se refiere a la fuente de la luz.)
Durante el segundo “día”, la atmósfera siguió despejándose, y se formó una expansión entre las densas nubes y el océano. Al cuarto “día” se había despejado tanto que el Sol y la Luna aparecieron “en la expansión de los cielos” (Génesis 1:14-16). Dicho de otro modo, el Sol y la Luna ya se podían divisar desde la Tierra. Estos acontecimientos ocurrieron de forma progresiva.
El relato de Génesis también explica que en el quinto “día” continuó aclarándose la atmósfera y empezaron a aparecer criaturas voladoras, entre ellas animales con alas membranosas e insectos. No obstante, las Escrituras indican que durante el sexto “día”, Dios aún “estaba formando del suelo toda bestia salvaje del campo y toda criatura voladora de los cielos” (Génesis 2:19)

Como hemos visto, la Biblia se expresa de tal forma que deja abierta la posibilidad de que en cada “día”, o período creativo, se produjeran varios acontecimientos importantes de manera gradual, no instantánea, y de que algunos se prolongaran incluso hasta los siguientes “días” creativos.

Según su género

¿Significa esta aparición progresiva de plantas y animales que Dios se valió de la evolución para producir la enorme diversidad existente de organismos vivos? No, pues la Biblia indica claramente que Dios creó todos los “géneros” elementales de plantas y animales (Génesis 1:11, 12, 20-25). ¿Estaban esos “géneros” originales programados para poder adaptarse a los cambios del medio ambiente? ¿Cómo se establecen los límites de un “género”? La Biblia no lo explica. No obstante, sí dice que las criaturas vivientes “enjambraron según sus géneros” (Génesis 1:21). Dicha afirmación implica que las posibilidades de variación dentro de un “género” son limitadas. Tanto el registro fósil como las investigaciones actuales confirman que durante largos períodos de tiempo las categorías fundamentales de animales y plantas experimentaron pocos cambios.

Contrario a lo que afirman algunos fundamentalistas, Génesis no enseña que el universo, incluidos la Tierra y todos los seres que la habitan, haya sido creado en un corto período de tiempo en un pasado relativamente reciente. En realidad, la descripción que ofrece Génesis de la creación del universo y de la aparición de la vida en nuestro planeta concuerda con muchos de los últimos descubrimientos científicos.

Debido a sus creencias filosóficas, muchos hombres de ciencia rechazan la afirmación bíblica de que Dios creó todas las cosas. Sin embargo, resulta interesante que Moisés escribiera en el antiguo libro de Génesis que el universo tuvo un comienzo y que la vida apareció por etapas, progresivamente. ¿Cómo pudo Moisés obtener hace unos tres mil quinientos años información tan exacta desde el punto de vista científico? Hay una explicación lógica. No cabe duda de que Aquel que tuvo el poder y la sabiduría necesarios para crear los cielos y la Tierra podía proporcionarle conocimientos tan avanzados a Moisés. Esto le da más peso a la afirmación que hace la propia Biblia de ser “inspirada de Dios” (2 Timoteo 3:16).

“En el principio Dios creó los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1)

viernes, 22 de abril de 2011

SOMOS LA INFORMACIÓN DE DIOS


SOMOS LA INFORMACIÓN DE DIOS,
jueves 21 de abril de 2011


Quizás esta reflexión puede parecer demasiado difícil de comprender; pero la quiero compartir pues creo que existe un poder muy grande en ella.

La espiritualidad indica que todas las cosas son parte de la vida. Ésa es una afirmación que nadie puede negar. Podemos discutir cuanto queramos con respecto a la existencia de Dios, pero no podemos discutir acerca de la existencia de la Vida o preguntarnos si todas las cosas son parte de la vida.

Entonces, la única discusión que resta se refiere a si acaso la vida y Dios son lo mismo. Debemos saber que así es.


Incluso un agnóstico* -y hasta un ateo- aceptaría que existe cierta fuerza en el Universo que mantiene las cosas en marcha. También existe algo que lo inició todo. Y si hay algo que lo inició todo, debió existir la presencia de algo antes de la existencia del universo, tal y como lo conocemos en la actualidad.


El universo no apareció del aire, así como así. Y aún en el caso de que así hubiera sido, el “aire” es algo. Aun si afirman que el universo apareció a partir de la nada, todavía deben enfrentarse a la pregunta sobre la causa original: ¿Qué originó que algo surgiera de la nada?

La primera causa es la vida misma, que se expresa de forma física. Es la vida en formación. Nadie puede discrepar con esto porque es obvio que así es. Sin embargo, pueden discutir eternamente (¡Y así lo han hecho!) acerca de ¿cómo describir el proceso?, ¿cómo denominarlo?, ¿qué inferir de él?, ¿a qué conclusión llegar? Sin embargo, ya les he dicho que para mí, éste es Dios –El Creador, La Fuerza-. Esto es a lo que se refieren, a lo que siempre se han referido por palabra de Dios. Dios es la causa original. La inspiración que permanece inalterable. Aquello que Era antes de la existencia de lo que Es. Aquello que será después de que todo lo que es, ya no lo sea. El Alfa y el Omega. El comienzo y el Fin.

Las palabras Vida y Dios son equivalentes. Si el proceso que estamos presenciando es el proceso de vida en formación, entonces se confirma: todos nosotros somos Dioses en formación. En otras palabras, “somos la Información de Dios”.


*El agnosticismo es aquella postura filosófica o personal que, a grandes rasgos, considera inaccesible para el ser humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende o va más allá de lo experimentado o experimentable. El agnosticismo es una doctrina basada en observaciones y experiencias, y por lo tanto declara como inaccesible todo fenómeno que escape de la experimentación o reproducibilidad. En otras palabras, para un agnóstico, el valor de verdad de ciertas afirmaciones (particularmente las metafísicas respecto a la teología, el más allá, la existencia de Dios, dioses, deidades, o una realidad última) es incognoscible o, dependiendo de la variante de agnosticismo, imposible de adquirir su conocimiento debido a la naturaleza subjetiva de la experiencia.

DALE UN BUEN USO A TUS SENTIDOS

Usa tus ojos, para ver la belleza de la vida, o para ver el interior de las personas. No lo ...s uses para criticar maliciosamente de cómo se ven o visten los demás, o para juzgar a las personas, sólo por sus apariencias.

Usa tus oídos, para escuchar a tu prójimo, y poder ofrecerle una palabra de aliento, para escuchar los sonidos agradables, que te ayudan a olvidar las dificultades, y edifican tu interior. No los uses como un arma, o para envenenar a los demás.

Usa tu olfato, para percibir el olor de las flores, del perfume, del amor. No lo impregnes, con los malos olores, como lo son el odio, el egoísmo, la traición.

Usa tu gusto, para saborear el triunfo de tus metas alcanzadas, de los logros obtenidos con esfuerzo y dedicación. No lo uses para saborear, las derrotas de otros.

Usa tu tacto, para sentir y dar amor, para tocar a las personas con tus deseos positivos, con tu caridad. No lo uses para pedir injustificadamente.

El sexto sentido, el más importante, es el que nos da la sabiduría para distinguir la diferencia entre los otros sentidos, entre el bien y el mal, entre dar o recibir, entre construir o desmoronar.

A veces miramos sin ver, oímos sin escuchar, olemos sin percibir, probamos sin saborear, tocamos superficialmente. Usa tus sentidos sabiamente, no se trata de cuántos tengas, sino de cómo los utilizas.